Una de las personas sin hogar que ha visto cómo ha mejorado su vida al poder tener un techo bajo el que cobijarse es Rafa, que llevaba mucho tiempo en la calle y que ayer contó su experiencia. Rafa relató que la «sensación» que tiene es la de «como si estuviera en un pozo metido y saliera de ese pozo». De «encontrarte en la calle sin saber a dónde vas, dónde duermes, a encontrarte una llave donde poder entrar y acceder a una casa en la que puedas dormir tranquilo, ducharte, hacerte de comer» hay un abismo. Esa experiencia le ha ayudado a «sentirte persona, no un animal, ni un bicho, que es lo que yo sentía».

Por su parte, Maribel Ramos explicó que con el programa se facilita el acceso a la vivienda individual de manera incondicional y sin ningún tipo de objetivo, «solo cumplir la misma norma que cualquier persona que vive en alquiler», que es abonar la renta (si tiene ingresos paga el 30% pero si no, nada), respetar las normas de convivencia y aceptar la visita de un trabajador del equipo técnico.