Cuando la hermandad del Resucitado procesione esta mañana por las calles de la ciudad --si el tiempo o permite--, habrá culminado una de las mejores semanas santas de los últimos tiempos en cuanto a climatología se refiere, aunque, meteorología aparte, habría que reseñar entre lo mejor del ciclo pasionista la voluntad de todas las hermandades del Martes Santo de hacer estación de penitencia en la Catedral, dando ejemplo a todas aquellas que solo ven obstáculos a la hora de dirigir su cruz de guía al primer templo de la diócesis. En el apartado patrimonial, este año han destacado importantes estrenos de calidad como las bambalinas de la Virgen del Dulce Nombre, la túnica bordada para Jesús Rescatado, la corona de la Estrella, los respiraderos de la Virgen de la Soledad o las imágenes de pequeño formato del paso de la Coronación de Espinas.

En este primer balance artístico de la Semana Santa 2014, no podemos obviar el exorno de las dolorosas, donde se ha podido ver, salvo en escasas ocasiones, un notable cuidado, sobresaliendo entre otras la Virgen de la Encarnación vestida por Antonio Villar; la Virgen de la Concepción, por Manuel Jiménez; sin olvidar imágenes como la Virgen del Mayor Dolor, por Francisco Mira, o la Reina de los Mártires, por el sevillano Antonio Bejarano.

En cuanto al exorno floral, en los Cristos han destacado los pasos con frisos con distintas variedades florales, como el del Nazareno de la San Faz, Humildad y Paciencia o el del Cristo de la Expiración. Muy simbólico el de la Coronación de Espinas, con ramas de acacia intercaladas entre el clásico clavel en color morado. No menos interesante fue el exorno de Jesús Caído a base de rosas en color morado claro intercaladas en las esquinas con alhelíes malvas.

En lo que respecta a los pasos de palio ha habido de todo, desde la clásica rosa a exornos algo atrevidos, pero no inapropiados, como el de la Virgen del Rocío y Lágrimas o el de la Virgen de la Esperanza. Destacar asimismo las clásicas y esbeltas piñas de clavel blanco del Mayor Dolor o las rosas de pitiminí en el palio de la Virgen del Rosario.

En la parte negativa lamentablemente hay que volver a señalar el pésimo comportamiento de una parte del público que en ocasiones convierte las estaciones de penitencia en meros espectáculos.