Habían pasado pocas horas del recuento electoral, los socialistas se movían entre el alivio por haber evitado el sorpasso de Podemos y la decepción por el ascenso del PP, cuando varios de sus dirigentes comenzaron a transmitir versiones distintas sobre lo que había que hacer. Unos señalaban que con 85 diputados, cinco menos que en diciembre, no quedaba otra que pasar a la oposición y abstenerse en la investidura de Rajoy. Otros, que la posición era la de no colaborar en la reelección del líder del PP, pero que ya se vería. E incluso hubo algún mando que defendió la posibilidad de que Sánchez intentase formar Gobierno. Todo ante los micrófonos. El PSOE volvía a transmitir su habitual división, así que cuando Sánchez reunió ayer al mediodía a su ejecutiva, afirmó: «No vamos a apoyar a Rajoy ni nos vamos a abstener».

Los socialistas quieren trasladar la presión al PP, subrayando que «la pelota» está «en el tejado» de Rajoy, que es quien tiene que tejer alianzas, mientras que ellos han de ocupar «la oposición». Durante el encuentro de la dirección socialista, Sánchez evitó precisar, según fuentes presentes, qué pasaría si el presidente en funciones rechazase otra vez el encargo del Rey o fracasara en su intento de ser investido. El candidato no quiere caer en «hipótesis», pero su entorno ve «complicadísimo» alcanzar el Ejecutivo, una posibilidad que los barones más importantes, como la andaluza Susana Díaz y el extremeño Guillermo Fernández Vara, rechazan de plano.

Otros miembros de la ejecutiva, como el vasco Patxi López, el castellano-manchego Emiliano García-Page y la aragonesa Susana Sumelzo, incidieron en el mismo rechazo a permitir la investidura de Rajoy, una posición que Sánchez pidió que se transmitiera con «unidad». Un par de horas antes, sin embargo, Fernández Vara había pedido «no obstaculizar» la investidura del líder del PP. El secretario de Organización, César Luena, señaló que la decisión se tomaría de forma «colectiva» en los órganos del PSOE.

El debate de qué hacer ante el intento de investidura de Rajoy será abordado el próximo 9 de julio, cuando se reúna su comité federal. Fuentes de la ejecutiva socialista confían en aparcar la imagen de división y trasladar la presión al PP, pero al mismo tiempo reconocen que, llegado el caso, tendrían «difícil» votar todos en contra del presidente en funciones, abocando a España a unas terceras elecciones. «Es a Rajoy a quien le corresponde la iniciativa. Nos tiene que decir si se va a presentar, con quién va a hablar y para qué. Y tendrá que buscar apoyos entre sus afines ideológicos, entre los que no está el PSOE”, dijo el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, encargado de valorar los resultados en lugar de Sánchez, que es el único de los líderes de los cuatro grandes partidos que no ha aceptado preguntas desde la noche electoral. Es decir, el PP debe explorar alianzas primero en el centro-derecha y después hablar con el PSOE .

CRÍTICAS DE SUSANA DÍAZ

Pese a la petición de unión de Sánchez, la andaluza Susana Díaz cargó contra su campaña. «La mera hipótesis de un acuerdo con Podemos ha restado credibilidad a nuestro proyecto», aseveró ayer. Y ahora, en su opinión, lo que toca es «pasar a la oposición» y, desde allí, emprender «un debate profundo y sosegado dentro del partido» para recuperar un proyecto «alejado de las políticas de la derecha y también alejado con claridad del aventurismo y del populismo».