Tantos acontecimientos festivos había ayer en Córdoba que no había cordobeses para llenarlos. Así que la ciudad importó gente con ganas de fiesta (principalmente madrileños, que disfrutan de un puente festivo) para convertir en un éxito eventos como la romería de Linares, el último día de los certámenes de Patios y Rejas y Balcones, la clausura de la Cata de Vino Montilla--Moriles y hasta citas dispersas por la ciudad como la 2 Caracolada en Poniente y el Día de la Vecindad del distrito Norte. El caso es que así sí hubo visitantes de sobra, particularmente para los patios cordobeses, con una afluencia que llegó a llenar barrios como el Alcázar Viejo y Santa Marina. Incluso por la tarde, San Agustín era una feria. "La verdad, es que nunca he visto un domingo así. Vienen de todas partes y no paran", decía por la mañana un sorprendido Rafael Barón, secretario de la asociación de cuidadores de patios Claveles y Gitanillas, y eso que aún quedaba abrir por la tarde de clausura del concurso, unas horas tradicionalmente tranquilas que este año también fueron de bulla en muchos patios.

ESPERANDO TURNO Sin embargo, el cierre de los patios no es total. El Certamen del 2011 obliga a los ganadores de premios a abrir dos de los cuatro fines de semana próximos, por lo que desde la tarde del viernes hasta la mañana del domingo 14 de los 28 patios premiados (salvo uno, que ha sido descalificado) abrirán sus puertas según unos turnos que hoy dará a conocer el Ayuntamiento. Eso sí, con el calor próximo, los recintos que abran estarán en desventaja si no tienen banquillo de macetas, valga el término futbolístico, y dispongan de dependencias en la casa donde resguardar otras plantas que permitan alargar la floración y la lozanía del patio.

UNA CATA SIN ALEJANDRE Por otra parte, también cerró ayer con éxito de público la 28 Cata Montilla--Moriles, de la que se despide como organizador Manuel López Alejandre, secretario del CRDO y fundador de la muestra junto al desaparecido colaborador de Diario CORDOBA Leonardo Rodríguez.

Respecto al balance de la cata, y aún reconociendo la altísima cifra de visitantes, "yo he oído de todo, de quienes les han ido bien y a los que les ha ido mal", resumía ayer López Alejandre. Y es que la crisis se deja sentir. "Ayer --por el sábado-- tuvimos algún problema de seguridad", todo ello porque hay público que se trae de casa las tapas, y no precisamente en una discreta fiambrera, lo que perjudicaba a la decena de restaurantes de la Cata. En todo caso "no hay que olvidar que no se trata de vender copas, sino de promocionar el vino, y eso se ha conseguido", resumía López Alejandre. Capítulo aparte, esta semana el Festival de Blues y la Feria toman el relevo del mayo cordobés, del que aún quedan quince días de fiesta.