Muchos de los oficios que se mantienen en la provincia enraízan en la Edad Media y han encontrado en el renovado impulso de la Semana Santa un elemento esencial para su consolidación. Escultores de la imagen cofrade, orfebres del bronce y el metal, encurtidores de pieles de cabra y vaca o tallistas de la madera tienen en Córdoba a algunos de los artesanos más representativos de Andalucía. Es el caso de la empresa Angulo Bronces, creada en 1995 y que hunde sus raíces familiares en la orfebrería del metal en el siglo XIX. Gonzalo Angulo es el gerente de esta sociedad lucentina que se ha convertido en una de las más importantes de la provincia en la elaboración de orfebrería cofrade y eclesiástica. La gran diversidad de los trabajos que realiza hace difícil presupuestar un precio medio para un trono, aunque se puede situar entre 30.000 y 42.000 euros. El barroquismo, el material y las dimensiones son condicionantes económicos, pero también el tiempo que es necesario para la confección. Angulo Bronces tiene tronos en ciudades como Alicante, Lucena, Málaga o Valladolid.

La imaginería cordobesa goza de prestigio en la actualidad. A los consolidados nombres de Francisco Romero o Antonio Bernal se unen los de otros jóvenes que están exportando su obra a otras provincias. Las manos de José Antonio Cabello han modelado tallas que procesionan en Córdoba, Ubeda, Baeza, Granada, Asís o Elche. La última de sus imágenes se presentó hace unos días. Cabello entregó a la localidad de Villanueva del Arzobispo (Jaén) un Resucitado. El presupuesto de una imagen también es fluctuante. Como indica, una talla completa se puede situar entre los 12.000 y los 18.000 euros, mientras que una de vestir puede bajar hasta los 6.000.

Enrique Luque, un artesano del tambor y encurtidor de Baena, se inició en el oficio hace más de 30 años. Sus tambores, junto a los de la empresa Baena Sonido, se escuchan en las semanas santas de la localidad, pero también en Lucena, Montilla y otras provincias. El tambor es el elemento fundamental del judío, pero a éste hay que unir otros arreos como el casco, la cola de caballo, la chaqueta, el plumero, el tahalí o las baquetas. El presupuesto llega fácilmente a los 1.800 euros.