Córdoba lleva cuatro años sin Palacio de Congresos y aún no dispone del centro de convenciones del Parque Joyero. Sin embargo, hay que tener en cuenta que desde mucho antes está sumida en una crisis que también ha golpeado al sector. Estos dos factores han influido en que los negocios ligados a este tipo de eventos, más de 7.000 según los cálculos de la APOC, han mermado considerablemente su actividad, lo que les lleva a buscarse la vida fuera.

Catering

Ese es el caso de Rafael San Miguel, gerente de El Capricho, que tiene servicio de catering y que ha abierto una delegación en Marbella. «Al no haber infraestructuras para hacer congresos, las empresas de restauración y catering no optamos a dar comidas», afirma San Miguel, que señala que lo poco que hay se lo llevan el Parador de la Arruzafa y el Círculo de la Amistad. «Si antes venían 500, ahora llegan dos y entre dos, todos los que estamos no llegamos», añade. Tanto Caballerizas como el centro de visitantes son los dos espacios en los que suele prestar servicios, aunque pocos, ya que «la actividad ha caído un 100%» y de «lunes a viernes hay cero». Según sus cálculos, «por cada congreso perdemos entre 6.000 y 7.000 euros», por lo que «si hacíamos una media de 15 o 20 anuales», las pérdidas en 4 años ascienden a más de 480.000 euros.

Este tipo de negocios también ven el futuro del Palacio de Congresos y del CEFC con incertidumbre. «El problema es que las reservas para congresos se realizan con año o año y medio de antelación» y, sin fechas concretas de apertura, «ahora mismo no se puede hacer nada», afirma.

La empresa Fashion Azafatas, cuya gerente es Marisol Chacón, lamenta que en los últimos años se ha unido la crisis y la ausencia de edificios para congresos. «Ahora no se pueden hacer congresos de más de 500 asistentes», lo que «conlleva salir fuera». En su caso, la merma de actividad ha repercutido en la disminución de facturación y de azafatas. «En vez de 20, se necesitan 4», asevera.

Audiovisuales

Chaplin Audiovisuales está notando también los efectos de la ausencia del Palacio de Congresos y de la falta de otro edificio como el que brindará el CEFC. «Hemos salido fuera y trabajamos en Madrid y Barcelona» o en ciudades más cercanas como Sevilla, Granada y Málaga, explica Juan Centella, técnico de la empresa, que afirma que congresos habituales, como los organizados por médicos de Córdoba, se están celebrando en Sevilla y Málaga.

Viajes

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes, Antonio Caño, asevera que «la pérdida de oportunidades en las agencias de viajes ha sido impresionante» y lo que se ha dejado de ingresar en estos años «es incalculable» al no haber eventos de más de 300 personas. Caño explica que cada congreso genera una actividad paralela de excursiones, visitas y guías que se ha reducido. Además, indica que suele haber un gasto medio diario de entre 160 y 170 euros por persona que se ha perdido.

Hoteles y restaurantes también han percibido el bajón de los congresos. El presidente de Hostetur, Francisco de la Torre, asegura que «a nivel de hoteles, afecta mucho porque los congresos vienen en épocas en las que hay menos turismo», así como en restauración. De la Torre estima que 3.500 negocios «se nutren de esa actividad». En la misma línea se pronuncia el presidente de Aehco, Manuel Fragero, que indica que los cuatro años sin edificios para congresos «es lo más negativo que nos ha pasado, ya que no hay buena ocupación entre semana, que es lo que el turismo de congresos necesita, y vemos dejadez de la administración, que no favorece la actividad económica». Todos coinciden en el potencial de Córdoba para el turismo de congresos.