¿Han probado alguna vez a salir de casa, a meterse en el cine, a irse de viaje sin el móvil? ¿Les causa agitación, preocupación, ansiedad imaginar que no están conectados, que no van a recibir whatsapp ni oirán el ruido o vibración constante del teléfono? Aunque nada más pensar en esa posibilidad, suene en ocasiones como una liberación, lo cierto es que el móvil, más concretamente el smartphone, se ha convertido en un objeto tan imprescindible para muchas personas como el aire que respiran o el agua con el que apagan la sed. No en vano, según la OCU los españoles pasamos casi 5 horas al día conectados a internet. Fruto de esa necesidad ha surgido una nueva fobia llamada nomofobia (miedo irracional a salir de casa sin el móvil) que ha sido objeto de estudio por la Universidad de La Rioja. Este trastorno, que produce un aumento del tiempo empleado en actividades online que puede llegar a pertubar la vida de un individuo, produciendo síntomas como la incapacidad de desconectar, la obsesión por que el teléfono siempre esté cargado o la ansiedad ante la posibilidad de que por algún motivo no se pueda utilizar, lo que lleva a los afectados a evitar lugares o circunstancias donde no puedan conectarse. Los resultados sostienen que la franja de edad con mayor prevalencia está comprendida entre los 14 y 16 años, y que las chicas presentan puntuaciones más altas que los chicos. Al igual que pasa con la navegación por internet, los españoles son grandes usuarios de la telefonía móvil.

El uso habitual de un smartphone no es de por sí negativo, pero los expertos de la UNIR están convencidos de que tampoco es inocuo, por lo que insisten en la necesidad de abordar una educación integral de las personas que las prepare para ser ciudadanos digitales.