"Son unos niños muy risueños y extrovertidos con la familia, pero no se van con nadie que no conozcan". Así de contundente se mostró ayer la portavoz de la familia materna de los dos menores desaparecidos este fin de semana en Córdoba, Esther Chaves, quien aseguró que no se rendirán "hasta dar con su paradero".

Mientras gran parte de la familia seguía tras la pista de Ruth y José en la capital cordobesa, sus allegados en Huelva comenzaron en el mediodía de ayer a pegar carteles con sus fotografías por la capital onubense para agotar cualquier posibilidad de encontrarlos. La última vez que fueron vistos, la niña, de seis años, llevaba unas mallas rosas y una blusa rosa y blanca, y el niño, de solo dos años, llevaba un pantalón beige y una camiseta de tonos azules. Después de 72 horas, nadie parece haberlos visto.

La portavoz de la familia, que se trasladó hasta Córdoba tan pronto como se enteró de la desaparición de los menores, regresó en la noche del domingo para no dejar ningún cabo suelto e iniciar la búsqueda en Huelva. "Empezamos allí porque era donde habían desaparecido, pero, a estas alturas, necesitamos seguir buscando", aseguró. Hasta el cierre de esta edición, la última noticia que tenía la familia materna era la desaparición de los niños en el parque Cruz Conde de Córdoba a las 18.40 horas del sábado, un lugar en el que, según les reveló la Policía, "nadie los vio, ni a los menores, ni al padre buscándolos". Este dato mantiene a la familia aun más preocupada.

La portavoz de la familia afirmó entonces que la madre de los niños, Ruth, "está destrozada", ya que, a medida que pasan las horas, "los malos pensamientos la invaden, y se encuentra muy mal". Sin embargo, la familia no se rinde, y pese al miedo y la incertidumbre, mantiene viva su "esperanza". De ahí que tras una primera pegada de carteles por la zona de la capital donde vivían, en la avenida de San Antonio y Adoratrices, no descarten continuar por el resto de la provincia.

Con la búsqueda de los niños como prioridad, Chaves no quiso hablar sobre la relación del matrimonio tras la separación ni sobre la denuncia por un supuesto maltrato psíquico interpuesta por la madre de los niños antes de viajar hasta Córdoba. Lo que sí aseguró es que, tras la separación, "tenían un acuerdo verbal" según el cual él venía a recoger a sus hijos cada quince días a Huelva, donde vivían con su madre y su abuela tras abandonar el domicilio familiar de El Portil. Este era el segundo fin de semana que pasaban en Córdoba. El padre de los niños sólo le dijo a su ex pareja: "Lo siento, me ha tocado a mí perderlos".