Lo dijo a la militancia y lo puso en práctica después. «Si nos equivocamos, hay que escuchar a los ciudadanos y rectificar, no pasa nada por reconocer los errores». Dicho y hecho. Susana Díaz inauguró ayer la era de la negociación estudiantil a pie de calle y lo hizo con estudiantes de Diseño de la Escuela de Arte Mateo Inurria y con los de Formación Profesional que esta semana se han levantado al ver sus becas severamente recortadas por el Gobierno.

La Junta de Andalucía es directamente responsable de la situación de un millar de estudiantes de Diseño que, tras completar sus estudios, nopueden obtener el título porque ni siquiera se han creado las tasas que lo reconozcan. A estos estudiantes, que acudieron en protesta silenciosa, la presidenta les dio su palabra de que estudiará el caso y que se le dará una solución. A falta de consejera de Educación, Susana Díaz encomendó la tarea del seguimiento a la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que ayer medió con los estudiantes en compañía de la delegada de Educación, Esther Ruiz. La portavoz de los afectados, Carmen Ortega, agradeció que se haya admitido que hay un error, pero instó a Díaz y a su equipo a poner remedio al caso sin demora. «El viernes hubo una reunión con los directores de las escuelas y se les dijo que se resolverá, pero queremos una fecha, no que se quede todo en el aire», insistió.

Díaz también atendió a los estudiantes de FP que acudieron a pedirle ayuda por el injustificado recorte de sus becas que el Gobierno ha hecho efectivo por considerar erróneamente la convalidación de una asignatura como materia exenta. «Yo también he estudiando con becas y esto se va a tener que solucionar», dijo a los estudiantes, a quienes indicó que «se discrimina a los alumnos andaluces respecto al resto». Ya solo falta que lo dicho sea un hecho.