La muerte del poeta cordobés Pablo García Baena conmocionó ayer al mundo de la cultura, que recibió la noticia consternado por lo inesperado del acontecimiento. Las personalidades consultadas por este periódico destacaron la grandeza de la labor poética y de la persona del cofundador de Grupo Cántico, y subrayaron la idea de que la muerte de este escritor «deja huérfanos» a los poetas cordobeses.

La consejera de Justicia, Rosa Aguilar, afirmó que «hoy, con Pablo, Córdoba pierde una parte de los latidos de su corazón, esos que sonaban a su poesía», recordando que «siempre, siempre, estuvo» para la ciudad. De su parte, la delegada del Gobierno regional, Esther Ruiz, destacó que «se apagó el último cántico de la cultura andaluza con la pérdida del gran poeta y amigo Pablo García Baena», y el delegado territorial de Cultura, Francisco Alcalde, comentó que «lloro la muerte de Pablo, mi hermano en la devoción a la Virgen de los Dolores. El arte, las letras están de luto».

La exministra de Cultura Carmen Calvo opinó que «era el poeta que tenía España todavía vivo, él, en singular», y recordó que «el año pasado le hicimos un homenaje precioso en Cabra». Por otra parte, el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, manifestó que su fallecimiento ha sido «una gran pérdida para la cultura, para Córdoba y para todo el mundo». Además, destacó la «gran satisfacción por haber disfrutado de sus letras» y por que fuese investido como doctor honoris causa por la UCO el pasado mes de octubre.

Ginés Liébana, pintor y escritor de Grupo Cántico, señaló al recibir la noticia que «no existe el adjetivo para decir de qué forma lo siento» y comentó que «es tan singular que no he querido imitarlo. Estaba con Juan (Bernier) y Ricardo (Molina) a la altura de los mejores poetas de España». Juana Castro le describió como «un hombre grande y humilde», y aseguró que «los poetas de Córdoba nos quedamos huérfanos sin él, nos habíamos acostumbrado a su magisterio». Acerca de su muerte, apuntó que «se ha ido como él hacia todo, sin hacer ruido». La también poeta Ángeles Mora explicó que «su poesía nos llega al fondo del corazón y de la inteligencia», e hizo hincapié en que recibió las distinciones más importantes de España. El escritor y colaborador de CÓRDOBA Joaquín Pérez Azaústre coincidió en que «a los poetas nos deja huérfanos. Se nos ha ido el príncipe de la poesía española», y abundó en que «tenía una generosidad muy grande, siempre colaboraba en los actos y con las personas jóvenes».

De otro lado, el director de la Cátedra Góngora, Joaquín Roses, hizo referencia a las distintas colaboraciones realizadas con García Baena y opinó que «se ha ido uno de los grandes poetas de la poesía hispánica del siglo XX». Además, el exdirector de la Real Academia de Córdoba Ángel Aroca le definió como «un poeta excepcional y un cordobés extraordinario, con una forma de entender esta ciudad que es insustituible», insistiendo en que «quería a Córdoba muchísimo».

El escritor, abogado y colaborador de CÓRDOBA Carmelo Casaño indicó, entre otras ideas, que «la revista Cántico, a mediados del siglo pasado, representó la singularidad dentro de la poesía española con cuatro poetas excelentísimos: Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García Baena y Mario López».

En esta línea, la escritora Matilde Cabello resumió su valoración sobre esta figura detallando que «comparto la opinión de muchos al decir que después de Góngora, Pablo», y acerca de su persona precisó que «siempre ha unido a todo el mundo».

Por otra parte, el profesor y poeta Carlos Clementson aseguró que «es un clásico de la poesía del siglo XX y ya lo era en vida», aludiendo a que «tenía una sensibilidad que solo podemos encontrar en Juan Ramón Jiménez». La poeta María Rosal, que hizo la laudatio en su nombramiento como doctor honoris causa por la UCO, afirmó que García Baena es «el querido maestro, el gran poeta y el entrañable amigo».

A juicio del poeta Manuel Gahete, el cofundador de Cántico «ha puesto a Córdoba en el centro de la poesía», mientras que el también poeta Alejandro López Andrada destacó que «todos los poetas lo teníamos como un padre». Antonio Moreno Ayora, crítico de Cuadernos del Sur, consideró que es «desde hoy y para siempre, aquel antiguo muchacho que supo cantar a las vírgenes, a la naturaleza y al amor en sus más cálidos momentos».