Con Pablo García Baena se nos va el gran poeta del Sur, y un ser humano distinto, fresco e irrepetible». Las palabras de la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, ni mucho menos son las únicas que anoche expresaron el dolor por la muerte del poeta de Cántico, pero sí una de las que mejor podrían sintetizar el tremendo revés que la noticia supuso para la ciudad, Andalucía y las letras españolas.

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El poeta Pablo García Baena, premio Príncipe de Asturias 1984, Hijo Predilecto de Andalucía y de Córdoba y Medalla de Oro de la ciudad, entre decenas de reconocimientos que no dejaban de llegar a sus 96 años (el último fue su nombramiento como doctor honoris causa por la Universidad de Córdoba), falleció ayer en el hospital de la Cruz Roja tras sufrir un breve proceso gripal que a causa de una neumonía complicó su estado de salud, crítico ya en la mañana de ayer, según informaron a este periódico fuentes de la familia.

La propia habitación 311 del hospital de la Cruz Roja de Córdoba, donde falleció el poeta anoche, ya sola y a oscuras sobre las 21.00 horas, se convirtió en el primer espacio que se tiñó de luto en la ciudad por la muerte del poeta. Sin embargo, no será el único, ya que desde el primer momento tras la muerte del poeta los sobrinos y sobrinos nietos del escritor, que lo acompañaron en las últimas horas, recibieron el ofrecimiento del Ayuntamiento para que una instalación municipal acorde acogiese la capilla ardiente del poeta, informó a este periódico María Dolores Ortiz García, sobrina del poeta.

REACCIONES DE PESAR / Junto a los familiares, una de las primeras personalidades del mundo de las letras que conoció la noticia y acudió al hospital de la Cruz Roja para compartir esos primeros momentos de dolor con la familia fue la poeta de Villanueva de Córdoba Juana Castro.

Pero Juana Castro no fue la única personalidad en manifestar su tristeza. Minutos después, y conforme las webs informativas, las agencias y las redes sociales difundían la noticia del fallecimiento del poeta, y a pesar de lo tardío de la jornada, las muestras de pesar y de reconocimiento al legado de Pablo García Baena se multiplicaron, tanto por parte del mundo de la cultura como por el de la vida social y de la política, como se recoge en la página 4 esta misma edición de Diario CÓRDOBA.

Mientras, las conversaciones entre la familia del poeta y el Ayuntamiento culminaron con el anuncio oficial, sobre la medianoche, de que será el salón de Plenos del Ayuntamiento el que acoja hoy la capilla ardiente del escritor, a donde entrará el féretro a las 11 horas de la mañana.

En este salón de Plenos, los cordobeses tendrán desde el mediodía la oportunidad de rendir un último tributo y dar su adiós a Pablo García Baena, todo ello hasta las 20.00 horas, momento en el que los restos mortales del poeta se trasladarán para ser velado en la intimidad familiar, informaron fuentes municipales. El funeral tendrá lugar el martes en la iglesia de San Miguel.

EL ÚLTIMO ‘CLÁSICO’ / La muerte de Pablo García Baena deja huérfana a la poesía española de un exigente estilo formal y estético y de una particular sensualidad que fue lo que marcó su trabajo y le hizo acreedor de ser considerado como el último clásico. De hecho, así se consideró cuando se le concedió el premio Príncipe de Asturias, en 1984, o hasta su más recentísimo reconocimiento: el de Autor del Año 2018, concedido por el Centro Andaluz de las Letras y del que, lamentablemente, apenas ha podido disfrutar unos días. Entre ambas fechas no faltaron honores a su figura, como el título de Hijo Predilecto de la Ciudad de Córdoba o el de Hijo Predilecto de Andalucía, así como a su obra, con el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana, en el 2008, o en el 2012 con el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca.

EL LEGADO DE ‘CÁNTICO’ / La marcha de Pablo García Baena deja como último referente vivo del Grupo Cántico a Ginés Liébana, todo ello desde aquel 1947 en el que, junto a su amigo Ricardo Molina, decidieron publicar su propia revista, Cántico, con Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López y los pintores Miguel del Moral y Liébana, una revista a la que le bastó dos años de vida y otra breve etapa en los años cincuenta (1954-57) para convertirse en referente de literario y poético en España.

EL ESTILO Y LA OBRA / Los especialistas coinciden en señalar cómo la exigencia formal y estética de los poetas de Cántico consiguió enlazar con el espíritu de la Generación del 27, y en especial con Luis Cernuda, con una visión vitalista, pasional y barroca, influyendo notablemente en las generaciones posteriores.

En todo caso, desde Rumor oculto (1946), su primer libro de poesía, Pablo García Baena no había dejado nunca de escribir, como reconocía a Diario CÓRDOBA, lo que no significa que estuviera publicando continuamente, con periodos alejados como entre Antiguo Muchacho (1950) y Junio (1957), o su gran época de silencio desde Óleo (1958) a Almoneda (1971) y hasta Antes de que el tiempo acabe. Incluso García Baena siguió escribiendo y reeditando más allá de su último gran libro, Los Campos Elíseos (2006), para algunos el que con más claridad García Baena «brilla en cuajada plenitud», dijo en su día Luis Antonio de Villena. Un congreso internacional en el 2009 analizó a fondo su obra

AMOR POR CÓRDOBA / Aunque estuvo largos años de viaje y entre 1965 y el 2004 vivió como anticuario en Benalmádena, Córdoba es esencial para entender el origen, la figura y el legado de Pablo García Baena, desde la casa-patio de Parras 6, donde se crió, hasta sus innumerables participaciones en proyectos íntimamente ligados a su poesía, como fue su pregón de la Semana Santa de 1979.