Estadio: El Arcángel

Asistencia: 15.892 espectadores, con mínima presencia celtiña

Terreno de juego: Muy bien

CÓRDOBA: (1) Juan Carlos, (17) Gunino, (12) Iñigo López, (2) Pantic, (29) Dani Pinillos, (22) López Garai, (5) Rossi, (10) Fede Cartabia, (19) López Silva, (20) Ryder Matos y (24) Havenaar.

Cambios: (18) Borja García por Ryder Matos en el 46', (5) Ekeng por López Garai en el 71' y (9) Xisco por Havenaar en el 78'.

CELTA: (1) Sergio Alvarez, (19) Jonny, (22) Cabral, (3) Fontás, (21), (6) Radoja, (23) Krohn-Dehli, (8) Alex López, (14) Orellana, (11) Larrivey y (10) Nolito.

Cambios: (24) Augusto Fernández por Alex López en el 63', (9) Charles por Larrivey en el 77' y (5) Pablo Hernández por Nolito en el 85'.

LOS GOLES

0-1 (52') Orellana recorta a Pinillos y dispara ajustado. Juan Carlos parece que va a recoger el balón mansamente, pero éste se aloja en las redes.

1-1 (59') Gran jugada de Rossi, desplazado hasta la banda, que centra. El rechace, dentro del área, cae al pie de Fede Cartabia, que anota.

EL ARBITRO

Teixeira Vitienes, José Antonio (C. Cántabro) Mostró amarillas al local Ekeng (75') y a los visitantes Jonny (22'), Cabral (40'), Radoja (50') y Augusto (80').

LA CRÓNICA

Pues para lo bueno y para lo malo, bienvenidos a Primera, que la fiesta ya se vivió en el Bernabéu. Eso pareció decir ayer, nada más saltar al terreno de juego, el Celta de Vigo. El Córdoba tendrá su particular Feria hasta el próximo mayo y lo de Madrid fue tan solo traspasar la Portada, que no es estar, en sí, en el meneo . Los celtiñas les metieron, del tirón, en la caseta más cercana para marcarse el primer baile. Aunque en este caso y durante los primeros 25 minutos, el que danzó fue el conjunto local. Parecía el Córdoba inmerso aún en los aires canarios que tuvieron prolongación en la Castellana, como si estuviera de invitado a esta Feria. Y los de Berizzo lo aprovecharon porque tienen recursos (individuales y colectivos) más que suficientes para ello. Mientras que Pantic e Iñigo López convirtieron a Larrivey en su colega (por ahí, nada), Gunino y Dani Pinillos sufrían horrores con Nolito y Orellana, respectivamente.

Tenía un pequeño problema el Córdoba en el origen de los balones que les llegaban a los extremeños celtiñas. El triángulo Radoja / Krohn-Dehli / Alex López casi hacía a su antojo, ya que el doble pivote local se situaba alineado y López Silva quedaba ya a excesivos metros. 25 minutos en los que al Córdoba se le apareció más de un arcángel --San Rafael no estaba solo, seguro-- y que sirvieron de botón de muestra claro de lo que le espera en las próximas 36 jornadas, porque no siempre el rival fallará lo que fallaron ayer en ese primer tercio los Orellana, Nolito o Alex López.

Pareció despertarse el Córdoba y en el último cuarto de hora de ese primer acto ya se pudo ver a López Garai ejerciendo de liebre. No por las piernas, sino por la mirada: con un ojo puesto continuamente en Krohn-Dehli y con el otro mirando hacia atrás por si Alex López o Radoja le buscaban la espalda. Sirvió, al menos, para transmitir la sensación de que el juego se equilibraba, de que el conjunto de Ferrer podría igualar una contienda ante un equipo que finalizó noveno la pasada temporada, conserva el gran armazón (y nombres) que ya tuviera Luis Enrique y que da continuidad al juego del hoy técnico del Barcelona.

Llegó el descanso con la primera ocasión clara para los locales (min. 35) a cargo de Fede Cartabia, no sin que después volviera a avisar Nolito, al conectar con Alex López quien, dentro del área y solo ante Juan Carlos se le hizo de noche. Lo mejor de esos primeros 45 minutos para el Córdoba es que sufrió bastante en la primera media hora, que el Celta tuvo cuatro clarísimas ocasiones para adelantarse en el electrónico e incluso para cerrar el duelo y, sin embargo, todos se iban a la ducha con el 0-0 inicial.

Arrancó la segunda mitad con la entrada de Borja García por Ryder Matos y con parecidos gestos por parte de ambos rivales, pero finalmente el Celta hizo lo que todos esperaban: perforar la meta de Juan Carlos, aunque lo cierto es que el alcarreño pudo hacer mucho más por evitarlo. Orellana lograba el gol que tanto había buscado desde el inicio y, curiosamente, ese 0-1 sirvió para despertar de una vez a los blanquiverdes, que arrancaron primero a base de casta y furia para sumar dos acciones de mérito por parte de Fede Cartabia y otra de Borja García.

El otro nombre destacado de ayer, Fausto Rossi, ganaba metros con repecto a su colocación en el primer acto y se le empezó a ver la calidad que tiene en las botas. No solo en cuanto a visión de juego, que también, sino para desplazarse hasta la banda y lanzar un centro cuyo rechace fue aprovechado por Cartabia para alojar el balón en la meta de Sergio Alvarez.

El equipo y El Arcángel metió una marcha más, esa a la que hay que ir los 90 minutos de cada jornada en esta categoría. Y, a pesar de que el Celta seguía avisando, lo cierto es que la intensidad de los celtiñas parecía descender progresivamente. Berizzo intentó mantenerla dando entrada a Augusto Fernández y al exblanquiverde Charles, pero esa pequeña locura en la que se convirtió el duelo parecía favorecer más a los locales, que se metieron en una fase de encuentro en la que sí tenían llegadas al área con cierta asiduidad y, lo más importante, alguna de ellas con peligro.

El vasco se quedó sin piernas y entró el camerunés; el japonés se marchó sin enterarse del todo de lo que pasaba (el de su equipo no es el juego que más le favorece) y saltó Xisco. El Celta mandó su último aviso, aunque en esta ocasión no vino de la construcción, sino del despiste de Rossi, que había bajado a ayudar y no se percató de la presencia de Charles. El exblanquiverde estuvo a punto de dar un disgusto, aunque lo cierto es que el Córdoba no le perdía la cara al partido gracias a la presencia del italiano, la incorporación de Borja y la velocidad de Fede Cartabia, que conecto con Xisco, en el punto de penalti, a tres del final. El balear quiso recortar y disparar, pero Cabral le adivinó la intención y anduvo más rápido que él.

Finalizó el encuentro con un punto para cada uno, lo que inaugura el casillero para este Córdoba que ayer, durante la primera media hora, tuvo que hacer creer al Celta que también hay meigas cordobesas o, al menos, que estas cogieron el AVE hasta el sur. Al final, los de Ferrer tuvieron alguna hasta para llevarse los tres puntos. Hubiera sido de aquelarre.