El efecto huida de la población ante las dificultades para acceder a un empleo en la provincia sigue provocando un progresivo descenso de la población cordobesa, que se acentúa con la caída de la natalidad y el retorno de los inmigrantes a sus países de origen o a otras provincias al reducirse la actividad económica. La situación es preocupante, como advierten los sindicatos, pero también el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Córdoba, Fernando Lara. Solo entre el 2008 y el 2015 se marcharon de la provincia al extranjero 7.661 residentes con edades comprendidas entre 15 y 39 años. La mayoría, como afirman, se debió a motivos laborales ante la falta de empleo y oportunidades para desarrollar sus capacidades formativas. Y es que, lejos de frenarse la tendencia, el 2015 fue el tercer año desde el comienzo de la crisis con una mayor emigración exterior de empadronados en la provincia, con 1.157 personas, según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). A estos datos hay que unir también el importante número de jóvenes que se han marchado a otras provincias españolas, como refleja el saldo migratorio en estos últimos años, que es claramente negativo para Córdoba.

El secretario provincial de CCOO, Rafael Rodríguez, advertía ayer del problema que se está planteando para los jóvenes y para el futuro de la población activa. «Nos estamos quedando sin personas para el desarrollo futuro de la provincia. Si la población joven se va, el capital humano, que es el principal valor para el desarrollo socioeconómico, lo estamos perdiendo. Estamos apuntando a un desierto humano porque cada vez aumentará más la edad media y el envejecimiento de la población», dijo Rodríguez. Por eso, instó a las autoridades a poner medidas para incentivar la actividad económica y aprobar planes especiales de empleo, «que llevamos reivindicando desde hace mucho tiempo para la provincia». «No queremos planes para generar miseria, sino para que se cree actividad productiva y se pongan en marcha empresas», añadió.

Fernando Lara de Vicente, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Córdoba, afirmó que la población joven se marcha por «falta de oportunidades, no hay trabajo, o porque sus padres se han tenido que ir buscando un empleo». Lara de Vicente considera que es una tendencia que «no parece frenarse, desgraciadamente». «Se está produciendo una descapitalización humana. Es legítimo moverse, pero cuando la causa es porque no se tiene aquí oportunidades el problema es grave».

Precisamente, el sindicato UGT denunció ayer que la pérdida de población que se está produciendo se debe a la caída del empleo. al empeoramiento de las condiciones de vida y de la protección social.

CAÍDA DE POBLACIÓN ACTIVA / Las proyecciones de la población activa no son más optimistas para las próximas dos décadas en la provincia de Córdoba. Un informe difundido ahora por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) refleja que Córdoba será la provincia andaluza que perderá más población activa en las próximas dos décadas. Así, Córdoba bajará de las 372.700 personas activas actuales a 346.400 en el año 2035. Así, se producirá un descenso de 26.300 activos en este periodo, según el IECA. Solo en tres provincias andaluzas (Almería, Huelva y Málaga) se espera que aumente el número de activos, mientras que decrecerá en las otras cinco. Andalucía pasará de 4.042.400 activos a 4.001.400 en el 2035.

EMIGRACIONES / Si durante el pasado año se produjo la marcha de 1.827 residentes en la provincia a otros países en todas las edades, de los que 1.034 eran españoles, en el 2015 se registró también la mayor migración interior de residentes en Córdoba a otras provincias españolas desde el comienzo de la crisis, con 7.982 personas. El saldo migratorio interior, que tiene en cuenta la diferencia entre los que llegan y los que se marchan, fue negativo para Córdoba en 2.375 personas. Sobre todo, este balance negativo se debió al mayor abandono de Córdoba de población de nacionalidad española (-1.899), mientras que también fue negativo en efectivos nacidos en otros países de la Unión Europea (-171), africanos (-162), sudamericanos (-48), del resto de Europa (-38) y de Centro América (-25) y Asia (-25).