Las ciudades como "territorios de novela" que han quedado para siempre en el alma de los lectores gracias a la literatura fueron el eje del pregón con el que la escritora María Dueñas, presentada por Desiderio Vaquerizo, abrió ayer la 42 Feria del Libro de Córdoba --organizada por el Ayuntamiento y la Asociación de Libreros de Córdoba (Aplico), con la colaboración de la Fundación Cajasur, la Junta, la Universidad y Casa Arabe--, que ayer vio desbordada de gente su caseta principal para escuchar a la autora de El tiempo entre costuras .

Dueñas comenzó hablando de Córdoba, tanto como escenario literario (La feria de los discretos , de Pío Baroja, o La mano de Fátima que publicara Ildefonso Falcone), como para evocar recuerdos de su infancia. "Esta ciudad es un escenario insustituible en la novela de mi vida", dijo la escritora tras recordar que aquí se conocieron sus padres y surgió una "romántica historia" de la que ella nació. "Dar el pregón de una Feria del Libro es siempre una alegría porque estas citas son un estímulo fabuloso para la lectura, para la cultura y para la industria editorial", señaló la autora, que subrayó que "si, además, se hace en una ciudad como Córdoba, tan cercana a mi mundo y a la que tengo tanto cariño, la alegría es doble, por lo que me siento muy agradecida por esta invitación".

Durante su intervención, Dueñas hizo un breve recorrido por la Barcelona de Eduardo Mendoza o de Ruiz Zafón, el Londres de Dickens, el París de Balzac o la Lisboa de Fernando Pesoa, para centrarse después en sus propias novelas y en las ciudades que recorre a través de ellas, su vinculación y los motivos por los se sintió seducida entre sus calles, esquinas, avenidas y plazas.

Comenzó con el Marruecos, Tánger y Tetuan de su exitosa El tiempo entre costuras , para continuar con la California de Misión Olvido y finalizar con las ciudades de su última novela --La templanza --, México, La Habana y Jerez. Dueñas se despidió entre aplausos destacando que "el imponente poder evocador de la literatura consigue que todos esos espacios queden a menudo grabados en nuestra memoria y en nuestro corazón".

El inicio de la fiesta primaveral en torno al libro fue ayer muy concurrido y desde el mediodía sus 36 casetas ya fueron visitados por numerosas personas y autoridades. "Esta cita tiene el doble objetivo del fomento a la lectura, sobre todo desde edades tempranas, lo que explica el potente programa infantil que se ha organizado, y, por otro lado, prestar un apoyo al sector editorial", subrayó el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, que recordó que los cordobeses podrán disfrutar de noventa actividades, destacando la "colaboración institucional" que ha recibido el Ayuntamiento, principal sustentador y promotor de este encuentro literario.

FIESTA DE LA LECTURA Por su parte, David Luque, titular de la Dirección General de Industrias Creativas y del Libro de la Junta, destacó el programa dedicado a los más pequeños, que incluye "a premios nacionales en literatura infantil y juvenil, además de aportar algunas presentaciones de bastante nivel", considerando "deseable" que en el futuro Córdoba se una a "un modelo de gestión distinta de la Feria del Libro, con una asociación presidida por los libreros, donde estuviéramos todas las instituciones". Juan Pedro Ponferrer fue el encargado de representar a la Universidad, que vuelve a participar en esta cita tras dos años de ausencia porque "el deseo del Rector es encardinarse en toda la labor cultural de la ciudad". Por parte de Cajasur asistió Angel Cañadilla, que destacó su "apuesta" por los libreros.

Por su parte, Hermes Moreno, presidenta de Aplico, resaltó que este encuentro literario es para los libreros "la fiesta de la lectura, de la literatura y del libro", y aún siendo "complicado y difícil" se ha logrado reunir a un buen grupo de autores que "va a conseguir que la gente disfrute", además de "vender libros", no solo "por mantener los negocios, sino porque luego se lean los libros, que es lo importante".