La alergia a los alimentos es la primera causa de anafilaxia (reacción alérgica grave) en niños menores de 14 años, una patología que en los últimos cinco años ha multiplicado por cuatro el número de ingresos hospitalarios entre la población infantil, según la doctora Carmen Moreno, jefa del área de Alergología del hospital Reina Sofía.

La alergia a los alimentos es una respuesta inmunitaria exagerada que se produce cuando una persona reacciona al contacto, la ingestión o la inhalación de las proteínas de un alimento y afecta a más de dos millones de personas en España. En Córdoba, se estima que puede haber entre 6.000 y 12.000 niños alérgicos a los alimentos, si bien la incidencia real se desconoce y pudiera ser el doble, explica Moreno, "ya que hay una parte importante de la población infantil que no está diagnosticada". La sintomatología en menores, según la doctora Moreno, es variable y puede abarcar desde dermatitis atópica a crisis de asma, en algunos casos síntomas digestivos como diarreas o vómitos, urticaria o lesiones en la piel.

La leche, el huevo, el pescado y los frutos secos, por este orden, son los principales desencadenantes de reacciones alérgicas, que pueden llegar a ser muy graves e implicar un riesgo vital para el niño si no se toman las medidas de urgencia necesarias. "Además de esa amenaza, la alergia alimentaria tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes, ya que la reacción no depende de la cantidad de alimento que se ingiera y cada vez hay más alimentos en los que la presencia camuflada de huevo, leche o frutos secos en trazas puede generar efectos inesperados". El etiquetado confuso o insuficiente de muchos productos también puede derivar en cuadros alérgicos en los menores.

El tratamiento histórico contra estas alergias es la total supresión de la dieta del alimento en cuestión, algo que según la jefa de Alergología del Reina Sofía, no siempre es recomendable. "A día de hoy, evitar el alimento no es la única solución, ya que se puede inducir tolerancia para que el paciente tenga una alimentación más normal". Siempre que se acuda al médico y se tomen las medidas oportunas, "un niño alérgido a un alimento no tiene necesariamente que ser alérgico toda la vida". Por eso, Moreno recomienda "ir al médico para obtener un diagnóstico".