En Córdoba capital la nieve no fue tan madrugadora como en el resto de la provincia, fue como un querer y no poder, una entrada entre tímida y socarrona hasta que sobre las nueve de la mañana los primeros copos se atrevieron a ganar presencia entre la persistente lluvia que desde la noche anterior regaba las calles y los parques de la ciudad. Unos copos que ganaban en tamaño y entidad a medida que se ascendía por las carreteras de la Sierra, donde el blanco fue ganándole la batalla al verde o el parduzco invernal que predomina estos días.

Las nevadas más consistentes que se registraron ayer en el término municipal de Córdoba capital se pudieron ver en zonas como Trassierra, Cerro Muriano o las urbanizaciones de la sierra, especialmente en Las Jaras, según explicaron a este periódico fuentes de la Policía Local, que vieron cómo los accesos a estos puntos fueron complicándose a medida que pasaba el tiempo. Sin embargo, aunque hubiera que hacerlo con precaución, en ningún momento hubo que cortar la circulación que fue en aumento a medida que los cordobeses conocían la existencia del blanco manto que se iba extendiendo por el campo.

Poco a poco, la temperatura fue en aumento y la lluvia haciéndose más leve, lo que propició que todo volviera a la normalidad. Hasta entonces, los pequeños incidentes con algunas ramas caídas de los árboles no consiguieron restarle protagonismo a los niños que disfrutaron del día de fiesta con un aliciente no esperado.