El 29 de enero de 1978 Manuel López Toledano, movido por la venganza, escribió una página negra para Córdoba, al provocar el incendio que asoló la iglesia de La Marced. Treinta años después del fuego, el templo renace de sus cenizas y roza el esplendor que gozó en el pasado. El retablo mayor que fue la viva imagen de la ruina y la destrucción, gracias al trabajo de décadas de restauradores, tallistas y doradores, lucirá terminado en dos años.

Ese es el tiempo estimado para concluir el retablo, la misión principal de la escuela taller La Merced 7, según informa a este periódico Francisco Aguilera, director de este proyecto desde el año 2003. La petición de esta nueva andadura de la escuela fue aprobada por el Pleno de la Diputación y está pendiente de la aprobación del Servicio Andaluz de Empleo. Probablemente no sea antes de octubre cuando se incorpore a este ingente trabajo una nueva hornada de aprendices.

Los últimos 5 años de labores se han centrado en el retablo mayor de la iglesia: la finalización del ático, con la imagen de San Pedro Nolasco y los niños alegóricos que lo acompañan, y la talla y dorado del segundo cuerpo (queda pendiente la imagen de Nuestra Señora de la Merced). En el banco (cuerpo inferior) han dorado las columnas y tallado piezas del camarín.

IMAGENES También han terminado las imágenes de San Carlos Borromeo, San Pedro Pascual y San Raimundo de Peñafort, así como el ángel lamparero que corresponde a la epístolas, y la imagen de la Señora de la Merced que está en un lateral del templo (fue bendecida el pasado 24 de septiembre). Como actuaciones importantes pendientes, Aguilera enumera la creación de las imágenes de San Lorenzo, Santa María del Socorro, San Antonio Abad, Nuestra Señora de la Merced y San Rafael. Asimismo, falta el banco de piedra del retablo, los camarines y algunas piezas del primer cuerpo. El módulo de imaginería-policromía se ocupará de las cinco imágenes y el de talla y dorado, del banco del retablo.

También hay una partida de inversiones de la Diputación para que sea una empresa la que finalice la restauración del banco de mármol. Aguilera subraya la "importante labor, no sólo en la actuación en el retablo, sino en la formación de alumnos desempleados en especialidades relacionadas con la recuperación del patrimonio histórico-artístico. Es una escuela singular porque trabaja en restauración, que no es lo habitual, y en ella nacen doradores, tallistas".