María es abuela de un niño de 7 años con microcefalia. «Nació perfectamente, el parto fue normal, pero después se vio que no podía mamar, le costó coger el biberón...», explica, «yo he tenido 4 hijos y veía algo raro en sus ojos». 10 meses después del nacimiento, una prueba genética confirmó sus sospechas. Al parecer, una gripe que la madre sufrió en el embarazo se transmitió al niño, impidiendo el desarrollo normal del cerebro. «No tiene tratamiento ni cura, no puede hablar, andar o comer solo, la evolución es gracias a mucha terapia y rehabilitación», afirma, «¿pero qué pasa con quien no pueda pagarlo?».