La Consejería de Agricultura reforzará la vigilancia en las zonas limítrofes y explotaciones con especies sensibles a la Xylella fastidiosa, que se conoce como el ébola del olivo. Así lo comunicó ayer el consjero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, que presidió ayer en Sevilla la reunión de la Mesa de Sanidad Vegetal tras descubrirse el primer caso de una explotación afectada por esta bacteria en la Península Ibérica, concretamente en una finca de almendros de Alicante. La Junta convocará al grupo científico asesor, un equipo formado por científicos y técnicos de relevancia en materia de patología vegetal y que presta apoyo en el diseño y ejecución de actuaciones, y contempla el establecimiento de un protocolo de actuación ante posibles avisos, habilitando un teléfono de atención y consultas o una cuenta de correo electrónico. Asimismo, hará una revisión exhaustiva del procedimiento de trabajo de vigilancia y de actuación en caso de detectarse la enfermedad en la región. «Quiero agradecer a los agricultores y viveristas su labor y colaboración activa en la vigilancia de esta enfermedad bacteriana en Andalucía», dijo el consejero, que consideró que la cooperación de todos los agentes implicados es una «condición esencial para hacer frente a esta amenaza fitosanitaria». Precisamente, Sánchez Haro defendió la unidad en el ámbito nacional, donde «vamos a trabajar para alcanzar una estrecha colaboración con la Administración central». Según dijo, la llegada de la Xylella a la Península será uno de los temas que aborde la conferencia sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural del próximo lunes.

Las actuaciones que se contemplan, en el caso de aparecer un caso, obligan a establecer una zona tampón con una anchura mínima de 10 kilómetros alrededor de la zona infestada, medidas de erradicación a través de tratamientos fitosanitarios para controlar los insectos vectores y la eliminación de todas las plantas huéspedes en un radio de 100 metros.