El impacto del ascenso tendría una repercusión económica equiparable a los ingresos que generan tres meses de mayo en la economía de la ciudad. El estudio de la Universidad Loyola Andalucía incide en la influencia que tendría en los hoteles, la restauración, el comercio o el transporte, sobre todo por el significativo cambio que implica tener un equipo en la máxima categoría. Y es que hay que tener en cuenta los gastos directos que se producen en la restauración, el alojamiento, las compras y otros consumos de unos 300 periodistas que visitarán la ciudad durante la temporada, 80 árbitros y unos 1.100 profesionales técnicos y directivos. A esto hay que unir el gasto de los aficionados. Hace unos meses, el profesor Javier Martín, socio director de F&J Martín Abogados, estimó que los ingresos de la ciudad por el impacto de las fiestas de los patios y del mayo cordobés asciende a unos 22,2 millones. El estudio de Loyola Andalucía triplica el valor económico del mayo cordobés. Como aseguraba ayer Manuel Alejandro Cardenete, el estudio refleja un impacto mayor que en otras ciudades que se han visto favorecidas por esta circunstancia, ya sea porque la estructura económica de la ciudad es mayor con respecto a otras o porque se ha empleado una metodología diferente. Si en Córdoba ha sido la Universidad Loyola Andalucía la que ha realizado este estudio, en otros lugares que vieron el ascenso de sus equipos a Primera División lo hicieron las cámaras de comercio. Así, por ejemplo, el ascenso del Murcia a la máxima categoría llevó a la institución cameral de esta comunidad a redactar un trabajo en el que estimaba en el año 2008 que la repercusión se situaría en unos 10 millones de euros, sin contabilizar el reparto publicitario. Un año después se hizo un trabajo similar en Zaragoza. Entonces, la cifra resultante ascendió a 20 millones. En el 2013, la Cámara de Comercio de Alicante situó el impacto de la subida del Hércules en 23 millones, al igual que sucedió con el trabajo realizado por el ascenso del Girona. La UD Las Palmas cifró la repercusión en 25 millones en el 2013, mientras que en Granada el valor subió a 28,3 millones. El estudio de la Universidad Loyola Andalucía ha sido, hasta el momento, el más optimista.