Casi dos décadas después de haber dejado el poder, Felipe González continúa siendo el gran, quizá el único, tótem del socialismo. A diferencia de otras campañas, en esta ocasión el expresidente del Gobierno no se ha prodigado. Sus apariciones en mítines se reducen a una sola, ayer en Cáceres, donde González irrumpió para defender la transición y cargar contra el partido que critica ese periodo histórico y amenaza con quedarse con una parte importante de los apoyos tradicionales del PSOE: Podemos.

El secretario general socialista, Pedro Sánchez, ha decidido obviar en esta campaña al partido de Pablo Iglesias. Considera que se está desinflando. En cambio, González, según cuentan personas que han hablado con él en las últimas semanas, sostiene que pueden rozar el 20% de los votos, así que sus ataques se dirigieron mucho más a Podemos que al PP. En la plaza de toros de Cáceres, ante algo menos de 5.000 personas que no llenaron el coso, el expresidente, que hasta ahora no había compartido escenario electoral con Sánchez, señaló a los dirigentes de la fuerza emergente que si ahora están aquí es, en gran parte, debido a las iniciativas de los gobiernos socialistas en los 80 y 90.

Primero recurrió a la ironía. Habló de "esa malísima transición que nos devolvió las libertades". Después, el exlíder socialista que pudo intervenir después de que Venezuela rechazara su entrada en el país para defender al opositor al chavismo Leopoldo López, actualmente en la cárcel, recordó a "quienes hablan de régimen" que si "tienen títulos universitarios" es "porque unos dirigentes a los que menosprecian les dieron igualdad de oportunidades".

LA ESPERANZA EXTREMEÑA De todas las autonomías en disputa, Extremadura es la que el PSOE dice tener más claro que va a recuperar. Los socialistas insisten en que dentro de dos días ganarán aquí al PP, y disponen de encuestas que avalan la tesis, pero si al final quedan por detrás de los populares, están convencidos de que el presidente Monago no logrará la mayoría absoluta (tampoco lo consiguió en el 2011, pero llegó a la Junta gracias a un pacto con IU) y que ellos, mientras tanto, alcanzarán un acuerdo con Podemos y quizá también con Ciudadanos.

Sánchez, que hizo de telonero de González y del candidato a la presidencia extremeña, Guillermo Fernández Vara, insistió en una constante de sus discursos: el voto útil. "Nuestro adversario no es otro que el PP y sus políticas. Por eso pido a los españoles que no se resignan, que quieren cambiar las cosas pero dudan a quién votar, que apoyen al PSOE, que es el único partido que puede ganar al PP", dijo.

Pedro Sánchez resaltó que algunos candidatos populares, en alusión a dirigentes como el presidente de la Junta extremeña, José Antonio Monago, "van escondiendo las siglas del Partido Popular" y tratan de presentarse "poco menos que como independientes".