Una gasolinera repartió ayer suerte al sur de Tenerife, donde se vendió íntegramente las 160 series del segundo premio de la Lotería de Navidad del número 79.712, dotado con 1.250.000 euros. Entre botellas de cava, cánticos y lágrimas, muchas personas celebraron la lluvia de millones en la gasolinera de San Isidro, en la que su propietario, José Miguel González, dijo que estaba "muy feliz por haber traído la suerte a Tenerife". La gasolinera, situada en la autopista del sur de la isla, es punto de encuentro frecuente de los trabajadores de la zona, que esta vez, en vez de para un café, se reunieron para brindar por la suerte que habían tenido.

El dueño de la estación de servicio señaló que pidió expresamente el número premiado, el 79.712, que estaba en Alicante, a la encargada de la administración El Calvario en Granadilla de Abona. Orgulloso de haberse convertido en el talismán de sus paisanos, José Miguel González calcula que debe haber 1.500 premiados con este número, porque lo han vendido en las siete gasolineras de su grupo. Ente todos ellos, se van a repartir 200 millones de euros.

Igual de contenta se mostró la lotera de la administración de Granadilla de Abona, Noelia Suárez, quien no dudó en salir corriendo a comprar una botella de cava cuando comenzaron a llegar los medios de comunicación.

Sin embargo, los protagonistas del día fueron los premiados, que ven en este premio una oportunidad para comprarse una casa, tapar deudas e, incluso, para recorrer el mundo. "Me parece que me voy a ver el mundo entero", confesaba ayer Jorge Gorrín, un soltero de 57 años al que ya pocos podrán disputar la condición de vecino más afortunado de San Isidro (Tenerife), tras conocer que la suerte le ha sonreído por segunda vez y le ha dejado 375.000 euros.

Inmaculada, otra agraciada, también hará algún viaje con el dinero, aunque esta madre de dos mellizas de ocho años tiene pensado invertirlo en pagar y amueblar su vivienda y comprar un coche, "un Audi muy bonito". Otra de las premiadas, Isabel Ruiz, festejaba emocionada y rodeada de sus doce hermanos que "por una vez en la vida" les toca "algo bueno".

Horas después de que los niños Patricio Vaquero e Isabel Flores Espinal cantaran este segundo premio en Madrid, a casi 2.000 kilómetros de distancia, en esta gasolinera del sur de Tenerife la fiesta prometía prolongarse hasta el amanecer.