La fuga de empresas de Cataluña no se está limitando al cambio de sede social. Tras el cambio del domicilio social de la sociedad (del que sí hay que dejar constancia en el registro mercantil), está llegando el cambio del domicilio fiscal, que solo debe ser comunicado a la Agencia Tributaria de forma confidencial.

Aunque la decisión del cambio de sede fiscal de la empresa no deja rastro en ningún registro público, funcionarios de la Agencia Tributaria dan fe de que este traslado se está produciendo de forma significativa y dan por hecho que «va a ir a más», según admitieron muchos de los inspectores de Hacienda que han participado esta semana en el congreso anual de su asociación profesional (IHE) en Sevilla.

Más allá de CaixaBank

A tenor del testimonio de algunos relevantes funcionarios de la AEAT, el traslado de sede fiscal apunta mucho más allá de los casos ya anunciados por grandes empresas como CaixaBank, Criteria, Banc Sabadell y Gas Natural. «Estamos recibiendo muchas notificaciones de cambio de domicilio fiscal», aseguran.

Cambiar de sede fiscal no solo implica dejar de pagar determinados impuestos en un territorio (no es el caso del impuesto de Sociedades, que es estatal). Además, decidir trasladar a otro territorio el domicilio fiscal conlleva un arrastre de medios humanos y materiales (con las consecuencias que eso puede tener sobre la actividad y el empleo), pues la Agencia Tributaria exige que esta sede coincida con el lugar en el que esté «efectivamente» centralizada su gestión administrativa y la dirección se sus negocios.

Tras el aluvión de notificaciones de cambio de sede fiscal de sociedades domiciliadas hasta ahora en Cataluña, la Agencia Tributaria comprobará que la nueva ubicación alberga una parte significativa de la actividad de la empresa y que el cambio no es solo estético, advierten altos funcionarios de la AEAT presentes en el congreso de Sevilla.

Así se entiende la noticia de que el presidente de Banc Sabadell, Josep Oliú, prepara trasladar a Madrid su despacho habitual y el de sus principales colaboradores. Solo así el Sabadell podrá justificar el cambio de sede fiscal de Catalunya a Madrid (aunque la sede social esté en Alicante).

Evitar el boicot

¿Y por qué algunas empresas se ven impulsadas a sacar su sede fiscal de Cataluña? «La respuesta está sobre todo en el miedo al boicot a sus productos», explica un inspector. Según la normativa tributaria, en las facturas emitidas por las empresas debe figurar su domicilio fiscal. Por tanto, cambiar la sede social no basta para una empresa que quiera esquivar el boicot de determinados consumidores a productos catalanes si en sus facturas sigue apareciendo una dirección de esta comunidad autónoma.

De paso, el traslado de sede fiscal fuera de Cataluña abre la puerta a sus directivos a beneficiarse de la fiscalidad más benigna de otros territorios, dejando atrás, por ejemplo los tipos más elevados del IRPF que rigen en la comunidad catalana. «Hasta ahora, muchas grandes empresas tenían como política interna vetar el traslado del domicilio fiscal fuera de Cataluña de sus directivos, por una cuestión de imagen», explica un veterano inspector. «Esta restricción está desapareciendo en las empresas que ya han cambiado su sede fiscal», añade. En el 2017 el tipo máximo del impuesto sobre la renta en Cataluña alcanza el 48% frente al 43,5% que, por ejemplo, rige en Madrid. Y 4,5 puntos de mayor tributación en las elevadas rentas de los directivos suponen cantidades elevadas.

La tensión política en Cataluña impregnó todas las sesiones de trabajo de este congreso de inspectores en Sevilla, y también los momentos de ocio. «Absolutamente todos los inspectores hemos pasado una parte de nuestra carrera profesional en Cataluña y nos solidarizamos con las dificultades que con toda seguridad rodean a nuestros compañeros que ejercen allí», comentaban de forma reiterada unos y otros. En un momento en que las tensiones separatistas arrecian en Cataluña, uno de ellos intentaba hacer entencer que son «representantes de Estado» ejerciendo «la tarea más antipática de todas», la de obligar al cumplimiento tributario.

Casi sin excepción, cada una de la quincena de intervenciones del congreso de inspectores incluyó una mención especial de apoyo a sus compañeros catalanes. Incluida la del director general de la AEAT, Santiago Menéndez, que expresó su «cariño a los compañeros que desempeñan su labor en Cataluña» en medio de aplausos.