Hay jornadas en las que los grandes temas se repiten casi en los mismos términos año tras año. Ejemplo de ello es cómo retorna a la mesa cada 28-F el asunto de la financiación autonómica como objetivo incumplido. El presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán, que hace un año defendía por estas fechas «una financiación sólida para consolidar un modelo de sociedad en el que las autonomías presten servicios públicos de calidad», llamaba ayer en el mismo sitio y casi a la misma hora a los parlamentarios a «mantenerse unidos en lo esencial» con el objetivo de llevar una posición común en la reforma del sistema de financiación autonómico. Para defender sus argumentos, Durán aludía al «espíritu de consenso del 78» y recalcaba que «nos jugamos mucho, no se trata del reparto de más dinero para los territorios, financiación significa más recursos para prestar mejor los servicios a las personas, que son sus derechos». Como si el tiempo no hubiera pasado.

La diferencia en esta ocasión es que sus declaraciones tenían lugar apenas horas después de que todos los partidos excepto la formación naranja se sumaran al acuerdo alcanzado sobre la reforma de la financiación autonómica. Tras el tirón de orejas de Durán a Ciudadanos, Juan Marín, portavoz en Andalucía, presente en la gala de entrega de las medallas de Andalucía, le contestaba aclarando que «pedir consenso no es resignación» y señalaba que «Andalucía se merece crecer y no resignarse a ser siempre la Cenicienta de España». Para ellos, «el modelo de financiación acordado por el PSOE, Podemos e IU que significa subir los impuestos a los andaluces, al que se ha sumado el PP por cuestiones electoralistas, no va a contar con Ciudadanos».

El discurso de Durán tampoco pareció convencer al PP, cuyo presidente andaluz, Juanma Moreno, dijo que el presidente del Parlamento debe tener «una voz coral que represente a todas las sensibilidades de Andalucía» , por lo que le instó a consensuar sus discursos con la oposición. La líder de Podemos coincidió en las críticas, acusando a Durán de «partidista».

Según sus declaraciones, Teresa Rodríguez echó de menos referencias a los andaluces que se han ido fuera y cuestionó la visión positiva y optimista de Andalucía expresada por el presidente del Parlamento, destacando el retroceso de la autonomía andaluza en los últimos diez años. En general, la oposición coincidió en la inconveniencia de un discurso más «partidista» que institucional, mientras el PSOE, en boca del portavoz, Mario Jiménez, lo valoró como «muy atinado» por defender el consenso.