Este es su primer año en El Arenal y ya están causando sensación entre los miles de cordobeses que sufren intolerancia al gluten y llevan media vida disfrutando la Feria solo a medias. La Asociación de Celiacos de Córdoba lo ha hecho posible gracias a una iniciativa que ha contado con la colaboración de la familia Serrano, feriantes de Palma del Río que se pusieron manos a la obra con el encargo sin dudarlo.

En esta ocasión, y aunque según relatan presentaron una solicitud de caseta, han recibido autorización para instalar un puesto que ellos han convertido en un espacio de lo más trendy, la Celiaconeta, donde combinan el concepto de Food Truck (comida en camionetas) y el comedor de toda la vida. Mariló, una celiaca cordobesa, lucía ayer una sonrisa de oreja a oreja. «¿Tú sabes lo que es venir a la feria y no poder tomarte ni una cerveza, ni un montadito ni unos churros?», explica rodeada de un grupo de amigos que la acompañan en la experiencia encantados. Sobre las mesas se ven pinchitos, cerveza, lagrimitas de pollo, lomo a la plancha, croquetas, choco o adobo. «Para quienes no somos celiacos no hay problema porque no se nota la diferencia, está todo riquísimo», aseguran todos sin dudarlo.

En los fogones se encuentra el chef José Luis Serrano y como jefa de operaciones su hermana Elisabeth Serrano. «La idea de la furgoneta fue de la asociación y la verdad es que está dando muy buen resultado», señala entre pedido y pedido. «Servimos comida sin interrupción y no para de venir gente», comenta. ¿Que por qué se embarcaron en el proyecto? Según Elisabeth, fue su padre quien se decidió sin dudarlo. «Él es casetero de toda la vida y cuando le hablaron de adaptar la Feria a las personas celiacas lo tuvo claro. En casa tenemos experiencia con una enfermedad grave y nos gusta mucho poder ayudar a otros».