Susana Díaz afronta los comicios andaluces como la gran esperanza del PSOE para afianzarse en la comunidad, además de un freno al efecto Podemos, convirtiéndose en la primera dirigente que se mide con el partido de Pablo Iglesias tras las europeas de 2014. Díaz, de 40 años, se propone legitimar el próximo 22 de marzo en las urnas la Presidencia que ostenta desde hace 17 meses, tras la renuncia al cargo de Jose Antonio Griñán, lo que la convirtió, tras una carrera meteórica, en la quinta presidenta de Andalucía y en la primera mujer que ocupa el palacio de San Telmo.

La dirigente socialista, a la que muchos ven como la futura líder del PSOE y candidata a la Presidencia del Gobierno de España, insiste en que su sitio está en el sur, "que el único tren que va a coger es el de Andalucía", en referencia a que no se presentará a las primarias que el PSOE celebrará en julio, que coinciden además con el nacimiento de su primer hijo, previsto para ese mes, embarazo que se conoció la semana pasada.

Susana Díaz es la política que tiene mayor poder institucional dentro del PSOE, en el que milita desde su etapa en las Juventudes Socialistas. Trianera, licenciada en Derecho, aunque nunca ha ejercido la profesión, toda su vida profesional ha estado ligada a la política. El primer cargo público que ocupó fue el de concejal del Ayuntamiento de Sevilla de 1999 al 2003, con sólo 25 años, mandato tras el cual fue elegida diputada al Congreso, entre el 2004 y el 2008, y posteriormente parlamentaria en la Cámara andaluza y consejera de la Presidencia e Igualdad. El 5 de septiembre de 2013 sustituyó a Griñán al frente del Gobierno andaluz. Ha sido secretaria de organización del PSOE de Andalucía hasta el 2012, y actualmente es la secretaria general de la potente agrupación socialista.

Acostumbrada a la contienda política, es considerada muy hábil para la negociación, además de contundente en sus mensajes. Ha sido la primera candidata del PSOE a la Junta elegida en unas primarias y, a pesar de que el proceso no se completó al no llegar a las urnas por falta de avales de sus contrincantes, su victoria fue indiscutible, con casi la mitad de apoyos de la militancia.