El posicionamiento del Colegio de Médicos de Córdoba respecto a las agresiones es que "son actitudes sancionables. Somos funcionarios públicos que necesitamos apoyo institucional". El vicepresidente de este organismo, Manuel Montero Pérez--Barquero, destaca que "este tipo de agresiones al personal sanitario, extensible a médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, etcétera, interfiere en los servicios que se prestan y llegan a paralizar actuaciones de urgencia".

Según expone, "las agresiones, frente a lo que parece, van en aumento" y es ahora en verano cuando se detectan más casos, "motivados por familias que vienen de fuera y tienen cierto sentimiento de culpa" hacia esos familiares que dejaron un día, "y esto lo descargan sobre los profesionales".

Los nervios de los pacientes para ser atendidos con prontitud "no justifican esas agresiones", aunque "se trata de situaciones excepcionales". Montero destaca que "no todas las agresiones acaban en los juzgados, sobre todo las verbales, porque parece que si no hay lesión física se le resta importancia al incidente". De cualquier forma, el Colegio de Médicos "siempre se persona en las causas penales".

"Es una lacra que tenemos: los profesionales atienden lo mejor que pueden y con los medios de que disponen a sus pacientes" y estos "deben ser conscientes de que los profesionales no son responsables de las deficiencias que pueda presentar el sistema". Manuel Cascos, secretario provincial del sindicato de enfermería Satse, añade que "el sector tiene muchas deficiencias; se ha detectado que el origen del malestar del ciudadano generalmente está en la masificación en las listas de espera, las demoras... pero de esto no son responsables los trabajadores. No debe servir de justificación para este tipo de conductas".

La Consejería de Salud pone en marcha un protocolo cuando se produce una agresión. "Está bien que se tomen medidas preventivas: cámaras de seguridad, timbres antipánico, cursos para que los profesionales sepan conducir estas situaciones, pero debe investigarse el origen de las agresiones", apunta Cascos, quien recuerda que "siempre que he pedido que se investigue este origen, desde la Administración sanitaria se me ha rechazado". Insiste el sindicalista en determinar el porqué de estas actitudes violentas. "Mientras no atajemos el origen de estas actuaciones, para descubrir qué lleva a los pacientes a actuar así, seguiremos poniendo soluciones limitadas, parcheadas, y las agresiones se seguirán produciendo".

El 23 de marzo es el Día Nacional contra las Agresiones en el Ambito Sanitario. El Colegio de Médicos y el Sindicato Médico celebraron un acto en la puerta del centro de salud del Parque Azahara al que se sumó la delegada de Salud, María Isabel Baena, y en el que se leyó un manifiesto en el que se destacaba que un 25% de los actos violentos en el ámbito laboral se dan en el sector sanitario.

La violencia llegó a su grado máximo con la muerte de Eugenia Moreno Martínez, médica que hacía guardia en el centro de salud de Moratalla (Murcia) el 11 de marzo del 2009 cuando un paciente le disparó cuatro tiros. "Me trataron muy mal", dijo el agresor, un taxista jubilado, una y otra vez en un intento de que alguien entendiera lo que había hecho, cuando una agresión se aleja de cualquier tipo de lógica.