«Menores es una jurisdicción muy bonita, en muchos asuntos ves que si se interviene adecuadamente no acaban teniendo una vida de delincuente, al contrario de lo que pasa muchas veces con los mayores». En estos términos explica José Ignacio Ordóñez, abogado de este turno de oficio, entre otros, y miembro de la comisión de menores del Colegio de Abogados de Córdoba, cómo percibe la labor que se realiza con este sector de la población.

Este profesional recuerda que «cuando me colegié, hace 20 años, veías niños de familias muy humildes. En cambio, de unos años para acá se observa todo tipo de perfil social». En línea con esta evolución, preguntado por los asuntos más frecuentes comenta que «últimamente se ha visto un incremento tremendo de maltrato familiar. Con el perfil anterior era lo de siempre: robos, hurtos y peleas». De este modo, señala que «todo esto tiene que estar relacionado con el diseño de sociedad que estamos haciendo. Padres que dedican mucho tiempo a su trabajo y muy poco tiempo al cuidado de sus hijos».

Ordóñez destaca que «en un alto porcentaje de los casos se llega a la sentencia con acuerdo» y en este se pueden pactar las medidas. Así, detalla que «si hay un reconocimiento de hechos, que se produce con bastante facilidad, puede haber una libertad vigilada, internamiento en centros, internamiento en régimen abierto... Lo más usual son las libertades vigiladas con medidas educativas», precisa, porque «un poco todo está inspirado en buscar el bien del menor».

Este profesional recuerda que los menores tienen derecho a ser atendidos por un abogado desde que son detenidos y, si bien las familias pueden optar por un letrado de su confianza pese a haber sido atendidos en un primer momento por el de oficio, «esto no suele pasar», ya que «los abogados de este turno son muy especializados y muy difícilmente perciben que haya carencias que ellos puedan complementar, se ven muy asistidos».