María Maíz estudió Enfermería en la Universidad de Córdoba y acabó en el 2009, formando parte de la primera promoción del grado de Enfermería. Antes de marcharse a Londres, que es donde está ejerciendo desde el 2014, el único contacto que había tenido María con la sanidad cordobesa fueron las prácticas que realizó en el Servicio Andaluz de Salud. «Cuando acabé la carrera en junio del 2013 no podía presentar los méritos para entrar en la Bolsa del SAS, ya que los mismos se entregan en enero, por lo que si acabas los estudios cerca del verano es imposible trabajar ese año ya en la sanidad pública andaluza. Dejé mi currículum en muchas clínicas y hospitales privados de Andalucía, pero sin recibir respuesta», apunta Maíz.

«En febrero del 2014 me presenté al EIR (Enfermero Interno Residente), que era la única opción medianamente factible para encontrar un trabajo justo después de graduarme. Alrededor de 17.000 enfermeros nos presentamos a esa convocatoria y no fui una de las afortunadas que obtuvieron plaza. Así que viendo el panorama decidí liarme la manta a la cabeza y buscar ofertas en el extranjero. Nunca había salido de España ni trabajado como enfermera, fue un choque de realidad bastante grande», expone esta sanitaria de 25 años.

«La enfermería tanto en España como en el Reino Unido no está tan valorada como debería. Tengo la suerte de trabajar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y en este ámbito mi trabajo está mucho más valorado que cuando trabajaba en una planta quirúrgica normal, probablemente porque se ejerce en situaciones límite y los pacientes son más agradecidos. Estoy muy contenta con mi equipo de trabajo. He crecido muchísimo como profesional en el tiempo que llevo aquí, además de que las posibilidades de seguir subiendo posiciones dentro de mi servicio son infinitas», destaca María.

«Me planteé volver a España en septiembre del año pasado, pero tengo muchos compañeros de estudios que están trabajando por un sueldo muy bajo y haciendo casi las mismas horas que yo. Y si vuelvo me gustaría poder mantener el mismo nivel que tengo aquí ahora mismo», manifiesta esta cordobesa.

«Tengo la esperanza de que con la futura apertura del hospital privado Averroes Quirón haya más contrataciones de profesionales de enfermería, pues debido a la falta de trabajo en la provincia hemos sido unos pocos los que hemos emigrado. Es una pena, porque hay muchas promociones previas a la mía donde enfermeras están cubriendo bajas, trabajando tres meses al año, con contratos a un tercio o al 50%, y con familias a las que mantener», indica María Maíz.

Buena preparación

«Londres es una ciudad muy cosmopolita y prácticamente sacada adelante por extranjeros. Alguna vez que otra al hablar de donde me he formado me han dicho que los españoles estamos mucho más preparados que la gente que estudia en el Reino Unido. A los alumnos de Enfermería de aquí apenas les dejan realizar procedimientos donde tengan contacto con el paciente, como dar medicación intravenosa o poner vías. Igual los enfermeros españoles somos algo más resolutivos. El problema de España es que la carga de trabajo es excesiva. Por muy bien preparada que estés y muchos años de experiencia que tengas, a veces es imposible hacer frente a todo. En España hacemos de enfermeros, de auxiliares, de psicólogos… Enfermería es una carrera preciosa, a la par que dura, y no se valora tanto como debería», añade esta cordobesa.