Diego Torres, empresario y exsocio de Iñaki Urdangarin, deberá cumplir una pena de 8 años y 6 meses de cárcel por los delitos de prevaricación, fraude, tráfico de influencias, malversación, contra Hacienda, falsedad, estafa, falsificación y blanqueo. Una pena mayor a la de su exsocio, Iñaki Urdangarin, a pesar de que las peticiones de fiscalía y acusación popular eran inferiores: 16 años y medio y 22 años y medio, respectivamente.

Torres, mano derecha de Urdangarin en el Instituto Nóos y todas las empresas asociadas, tendrá que abonar 2.272.055 euros por las multas ligadas a los delitos por los que ha sido condenado a 8 años y medio de cárcel y por las indemnizaciones a la Hacienda pública y las instituciones baleares con las que contrató de forma fraudulenta. Torres realizó dos regularizaciones relacionadas con movimientos de una cuenta emplazada en Andorra, 147.800 euros mediante declaración complementaria de IRPF e IVA que no llegaron a ser abonados y otros ingresos en efectivo en concepto de dietas. Asimismo, en 2012 presentó una declaración tributaria sobre bienes en el extranjero del depósito del que era titular con su esposa, que arrojaba saldo al cierre de diciembre de 936.170 euros; de ellos, una parte fue declarada por su mujer, Ana María Tejeiro.

La declaración complementaria obedeció a que Torres, así como su socio, tributaron a través del impuesto de sociedades lo que en realidad eran rendimientos devengados como consecuencia de su actividad profesional, que debieron haber tributado a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), y se aplicaron deducciones a las que no tenían derecho, defraudando al erario público cantidades superiores a 120.000 euros.

Finalmente, la sentencia detalla cómo el exsocio de Urdangarin, a través de un entramado societario internacional, radicado en Belice y en el Reino Unido, ocultó la cuota defraudada al erario público, transformándola, hasta que acabaron depositados en cuentas de su titularidad.