La actuación de Mercasa tiene como objetivo poner en valor el Pósito para dotarlo de uso que permita potenciar sus valores patrimoniales y su viabilidad, "evitando que se convierta en un monumento muerto", según explicó el arquitecto de la empresa estatal José Ramón Espadas.

Se utilizará la planta baja y alta, de más de 500 metros cuadrados cada una de ellas, para la ubicación de locales de restauración (hasta un total de 22), de degustación de productos con denominación de origen para potenciar la gastronomía local. También se crearán espacios para la difusión de la cultura culinaria propia.

Según el proyecto de Mercasa, la planta baja será abierta y fluida y en la que se deben compatibilizar los servicios, el abastecimiento de mercancías y la actividad comercial. La planta superior se reserva para otros usos como cursos de cocina, aulas específicas destinadas a productos en concretos, promociones de productos locales y cualquier cuestión temática que complemente el servicio del edificio. Aquí se podrán instalar los jóvenes chefs que no han tenido oportunidad de tener su propio establecimiento.

A diferencia del Mercado Victoria, este espacio tiene una orientación más gastronómica y menos de ocio, de copas", dijo Nieto.