Símbolo de conquista en el siglo XIII, protectora de los Tercios en el XVI y de infantes y reclutas hasta el siglo XX, Virgen milagrosa en el XIX y, ahora, en el siglo XXI, motivo de encuentro de la sociedad cordobesa en su romería. Aunque solamente fuera como reconocimiento a su historia, que es la de Córdoba, quizás la coronación hubiera requerido una mayor presencia de autoridades de la ciudad y del pueblo, por mucho que hoy la romería salde con creces esta deuda.