La consejera andaluza de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, anunció ayer que solicitará un encuentro con el Ministerio de Defensa para pedir un nuevo plan contra incendios en las inmediaciones de los campos de tiro, y así evitar que se repitan siniestros como el registrado en la base militar de Cerro Muriano.

Según indicó la consejera a Efe , dicho plan, recogería la propuesta de efectuar una quema controlada en el interior de los recintos antes del verano, así como una limpieza de los artefactos que no hayan sido explosionados.

Además, se planteará a Defensa la ampliación del área de cortafuegos que rodea a los campos --que actualmente cuentan con 90 metros--, "ya que, en el caso de Cerro Muriano, el fuego ha rebasado su perímetro y los cortafuegos establecidos se han demostrado insuficientes".

La consejera señaló que esta solicitud se efectuará cuando finalice el periodo de extinción de los incendios, ya que "de momento la máxima prioridad es apagar el fuego".

En la misma mañana de ayer, el director de la Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, José Guirado, anunció a los periodistas la preocupación que existe desde la Junta al haberse "producido quince incendios en en quince años en la base del Cerro Muriano", y explicó que ya "se han iniciado los contactos con el ministerio" para que haya un plan de quemas prescritas, además de en el ámbito de Córdoba, en el en retén de la Armada en Cádiz y en el de Sotomayor, en Almería.

En este sentido, indicó que serán propuestas medidas "con quemas prescritas durante el mes de mayo para que así quede definida perfectamente una franja de terreno que no sea superable por la proyección de ningún material". De forma que si hay fuego se produzca dentro del campo y nunca en el exterior. Asimismo, Guirado aseguró que las 2.600 hectáreas de la superficie del campo de tiro han quedado "completamente quemada" y las 1.200 hectáreas colindantes "aún conservan isletas verdes de vegetación mediterránea autóctona, como alcornoques, pinos y encinas, "que se regenerarán, ya que tienen unas magníficas reservas de almidón que les permiten rebrotar tras el fuego". Además, explicó que a partir de la extinción se procederá a la limpieza del material quemado y se esperará a la regeneración del terreno, en el que "los pastos de la zona pueden tardar un año en recuperarse, los matorrales cuatro y la arboleda de nueve a doce años.