¿Cuántas veces tiramos de la cisterna al día, cuánta agua se gasta en una ducha diaria, cuántas se emplea para fregar los platos o en una lavadora? En un momento de alerta por el cambio climático, que parece amenazar la pervivencia de muchos ecosistemas, el agua se ha convertido más que nunca en un elemento preciado. Un valor en alza que en Córdoba constituye uno de los principales tesoros de la ciudad, del que cada vez se hace un uso más responsable. Según la información facilitada por la Empresa Municipal de Agua (Emacsa), cada cordobés utiliza en su vida cotidiana una media de 130 litros al día, un 5% menos que hace un año. La reducción no es casual sino que refleja, según la gerente de Emacsa, Claudia Zafra, una tendencia mantenida en los últimos años que transcurre paralela a la reducción progresiva de pérdidas y fugas de agua (un 12,5%, por debajo de la media nacional). Córdoba usa eficientemente el agua que tiene, que además es de muy buena calidad tanto de origen como fruto del tratamiento depurador a la que se somete. Tanto es así que la cantidad de agua depurada que Córdoba vierte al río Guadalquivir es mayor que la que anualmente recibe del Guadalmellato para el consumo de su población. «Esto se debe, principalmente, a que la ciudad está en medio de la cuenca del río y cuenta con gran cantidad de agua en el subsuelo y muchos veneros que se incorpora al proceso de depuración y se emplea también para el abastecimiento», explica Zafra.

El resultado es que de los grifos de la ciudad brota un agua de baja salinidad, con un contenido en sal menor incluso que algunas aguas embotelladas, sin sabor ni olor a cloro (se emplea para su desinfección monocloramina en lugar de cloro) y de baja dureza, lo que hace que para un cordobés no tenga mucho sentido comprar agua embotellada, por mucho que esta tenga el apellido de mineral. Además, no caduca. Aunque todo es mejorable, el precio del agua en Córdoba está además por debajo de la media nacional. El consumo medio doméstico por hogar es de 10 metros cúbicos al mes por familia, unos 24 euros mensuales con IVA incluido. Emacsa se encarga del mantenimiento del mantenimiento de la red general de abastecimiento de agua, pero no de la red interna, por lo que pueden darse casos de agua turbia, de mal olor o color o de falta de presión. En esos casos, Emacsa recomienda llamar a la empresa a los números 900700070 o 957222500, un servicio 24 horas que activa el control para la detección de posibles incidencias. De las 900 reclamaciones que recibe Emacsa al año, que incluyen desde problemas de calidad a incidencias de facturas o quejas por alguna obra, el 90% de las que se tramitan por temas de calidad, se deben a problemas en la red interna.

EDUCACIÓN // «La mejor forma e depurar es no contaminar», señala Arturo Gómez, subdirector de Emacsa, una tarea en la que la concienciación y la educación resultan claves. De ahí que esta semana, con motivo del Día Mundial del Agua, Emacsa haya organizado dos jornadas escolares de puertas abiertas a sus instalaciones y que el sábado y el domingo cualquiera pueda conocer la depuradora, previa inscripción en www.emacsa.es.

Tampoco conviene perder de vista el efecto que tiene desechar en inodoro o fregaderos productos inadecuados. Especial atención merece el llamado monstruo de las toallitas, generado por las toallitas húmedas. Todas deben depositarse junto a los desechos sólidos y que en Córdoba se estima que suponen un sobrecoste de mantenimiento de 1,5 millones de euros anuales.