Cinco millones y medio de ciudadanos decidirán hoy el futuro de Cataluña. Entre ellos, los cordobeses mayores de edad que viven en alguna de las cuatro provincias catalanas y que podrán expresar con su voto si quieren o no seguir siendo españoles. El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía calcula que son 115.526 los cordobeses que viven actualmente en Cataluña. Suponen el 18,6% del total de andaluces emigrados, que asciende a 618.341. Una cifra elevada que, sin embargo, alcanzó su culmen en la década de los 70, cuando se calcula que vivían en suelo catalán un millón de andaluces. De esta populosa comunidad saldrá hoy uno de los votos más decisivos. Los nietos y bisnietos de los primeros inmigrantes tendrán en sus manos la crucial decisión de mantener o romper los lazos que unen a los dos pueblos.

"Aquí ha habido mucha movida", afirma Pablo Calmaestra, cordobés emigrado a Santa Coloma de Farnés, un municipio de Girona, la provincia catalana más independentista. "Hablo catalán perfectamente, nunca he tenido ningún problema de integración, mis hijos son de aquí e incluso uno de ellos tiene ideas nacionalistas", explica, pero reconoce que en esta campaña la cosa se ha puesto dura. Entre los amigos y los familiares hablar sobre según qué cosas se ha convertido en tabú. "Ahora los no independentistas somos los malos. El tema se ha reducido a ir con Rajoy o ir con Mas y yo no quiero ir con ninguno", resume. Sin duda, "esa ha sido la victoria dialéctica de los independentistas, polarizar el debate, simplificar sentimientos".

Es curioso cómo el tema catalán suscita suspicacias incluso a kilómetros de distancia de la Diagonal. Algunos personajes públicos nacidos en Cataluña y que viven en Córdoba han preferido no opinar sobre estas elecciones. Por contra, son varios los cordobeses que viven en Cataluña y que han mostrado públicamente su adhesión al independentismo. Algunos, por cierto, están jugando un papel clave en el proceso soberanista. Es el caso de Justo Molinero, el empresario de la comunicación nacido en Villanueva de Córdoba y convertido en abanderado de la causa separatista; o del cordobés Eduardo Reyes, impulsor de la plataforma Súmate y número 6 de la lista de Artur Mas. En una entrevista reciente, Reyes dijo: "Sé que la viabilidad de una Cataluña independiente arreglaría muchos problemas, y yo seguiré diciendo que soy cordobés y que estoy muy orgulloso de haber sido bautizado en un monumento de la humanidad como la Mezquita de Córdoba, pero también quiero lo mejor para nosotros".

Hasta la fecha los sentimientos habían vivido más o menos en equilibrio. Para el profesor Gaspar Rul-lán, "el independentismo no es el sentimiento generalizado del catalán, pero a veces la postura del Gobierno española no les ha dejado otra alternativa", sostiene. El cordobés de Iznájar que presidió la Generalitat, José Montilla, decía, en una entrevista en este periódico tras recibir el Cordobés del Año, que entendía la distinción como "un homenaje al emigrante andaluz" y advertía de que la independencia como "un horizonte mítico que tiene que resolver todos los problemas" podría generar confrontación y frustración. Hoy saldremos de dudas.