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Un vehículo que embiste a la multitud en un lugar muy concurrido. A primera vista, lo ocurrido en Barcelona y Cambrils recuerda a recientes ataques terroristas como los de Niza, Berlín o Londres. Sin embargo, aunque la investigación está en curso y aún queda mucho por aclarar, un análisis más profundo muestra que los atentados del jueves son más distintos de lo que parecen a lo ocurrido hasta ahora y cómo van a marcar la pauta del terrorismo que viene.

1. UNA CÉLULA MUY NUMEROSA

El primer elemento que destaca de estos ataques es el tamaño de la célula terrorista. La policía baraja una cifra de entre 10 y 12 integrantes del comando. Esto lo convierte en el mayor comando terrorista que ha atentado en Europa desde los atentados de noviembre del 2015 en París, cuando actuó un grupo de una decena de personas. En el ataque de Bruselas de marzo del 2016 atentaron cuatro terroristas. En Niza y Berlín, uno. En los de Londres, uno y tres.

Hasta ahora, los grandes comandos yihadistas que han actuado en Europa eran siempre grupos que ejecutaban planes muy ambiciosos diseñados por grupos terroristas como Al Qaeda (Madrid en el 2004; Londres en el 2005) o el Estado Islámico (París en el 2015) y que contaban con la presencia de al menos uno o dos individuos con experiencia en combate.

La del jueves es la primera vez que un comando tan numeroso de personas que se ha radicalizado de forma autónoma actúa en Europa. Una de las claves de la investigación será determinar si por medio de internet o por servicios de mensajería instantánea como Telegram este grupo ha recibido órdenes del EI o asesoramiento terrorista.

2. UN COMANDO MUY JOVEN Y DE RADICALIZACIÓN EXPRÉS

Otro elemento llamativo es la juventud de los terroristas. Las identidades que se conocen son de chicos de 17, 19, 21, 22 y 24 años. Esto confirma como la propaganda yihadista ha cumplido su objetivo de llegar a personas muy jóvenes y que acaban de salir de la adolescencia.

De los identificados, ninguno estaba catalogado por los servicios policiales como sospechoso de simpatizar con el yihadismo. Esto ha sido lo que ha permitido a la célula pasar bajo el radar policial sin llamar la atención. Muestra también como los procesos de radicalización son cada vez más rápidos, lo que va a obligar a reevaluar la estrategia de lucha policial contra este fenómeno.

Conocer cómo se ha gestado este grupo y cómo ha evolucionado hasta convertirse en una célula terrorista es capital para todas las policías europeas para poder intentar determinar en qué indicadores que hasta ahora no se tenían en cuenta pasan a ser claves para poder detectar grupos así.

3. PIENSA A LO GRANDE

'Think big' (Piensa a lo grande). Es uno de los lemas de Donald Trump. Y el grupo que cometió los ataques de Barcelona y Cambrils se ha aplicado esa lógica. Los atentados del jueves no eran los que pretendía realizar el comando. Esta célula aspiraba a algo mucho mayor, a un atentado con furgonetas bomba en que murieran cientos de personas. Es un ataque del estilo de los que estos últimos años han asolado ciudades como Bagdad y para los que el Estado Islámico ha desarrollado una auténtica tecnología del terror. Sin embargo, en Europa, los yihadistas nunca habían llevado ataques de ese estilo. El uso de explosivos en los atentados yihadistas perpetrados en ciudades europeas siempre se ha reducido a cinturones o mochilas bomba.

Por los perfiles de sus integrantes, jóvenes sin experiencia en combate, sin conocimiento en la fabricación de explosivos y sin armas de fuego, este comando estaba destinado a cometer un ataque de menor calado. Atropellos y apuñalamientos. Fue lo que acabaron haciendo, pero no porque quisieran, si no porque la explosión en Alcanar desbarató su plan original.

Ese plan tan ambicioso puede obedecer a dos cosas: a un grupo que imbuido de fervor se cree capaz de cometer un atentado que excede a sus posibilidades; o bien que la célula estaba en contacto de algún modo con algún experto del Estado Islámico que guiaba sus pasos. La investigación dilucidará este extremo.

4. YA NO SE VAN, AHORA ACTÚAN AQUÍ

Quizás el factor más preocupante de los ataques del jueves sea el hecho de que, hace dos años, jóvenes como esos, enfervorizados por el deseo de acometer la guerra santa, se habrían desplazado a Siria e Irak para sumarse a las tropas del Estado Islámico y luchar allí. Sin embargo, el califato de los yihadistas, tras perder grandes ciudades como Mosul, está al borde del derrumbe, con lo que ya ha dejado de ser un destino interesante. Así pues, sin califato al que ir a combatir, esos jóvenes han focalizado su fanatismo en actuar aquí.

Aunque el foco estaba puesto en la llegada de retornados de Siria e Irak, la amenaza reside también en todos esos jóvenes residentes en territorio europeo que van a fanatizarse y que van a recibir la consigna de actuar en sus países.

5. NUEVO ENFOQUE PROPAGANDÍSTICO

Los ataques de Barcelona y Cambrils son los primeros que se emplean para hacer propaganda del nuevo lema del Estado Islámico: 'Al Daula Al Islamuya Baqiya'. Esta es la nueva expresión, que quiere decir: “El Estado Islámico Permanece”. Incluso algunos ya se refieren al Estado Islámico solo con el término de 'Baqiya' (El que permanece). Con este lema, lanzan el mensaje de que las derrotas sobre el terreno en Irak y Siria no van a suponer la desaparición de ese grupo.