El 69% del personal contratado en el Imibic, la estimación media de la última década, tiene nombre de mujer. La feminización de muchas áreas de la investigación y de las titulaciones sanitarias también es visible en el instituto de biomedicina cordobés, uno de los 29 acreditados en España para la investigación sanitaria por parte del Instituto de Salud Carlos III.

Mientras en España las mujeres representan el 41% de la población afiliada a la Seguridad Social, en el Imibic la media de afiliación femenina es del 69%, 28 puntos más. Actualmente en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica, en lo que se refiere a su plantilla propia, hay más de 90 mujeres contratadas, frente a menos de 60 hombres y se están incorporando profesionales no solo de la provincia, sino de toda España.

En los 45 grupos de investigación del Imibic hay también una mayoría de mujeres, sobre todo entre los profesionales que están realizando el doctorado o estudiando másteres, pero menos féminas en puestos de dirección. Los programas científicos en los que trabajan estos grupos de investigación son envejecimiento activo y fragilidad; nutrición, enfermedades endocrinas y metabólicas; patologías infecciosas, inmunológicas y trasplante de órganos; cáncer (oncología y oncohematología) y enfermedades crónicas e inflamatorias.

La catedrática de Biología Celular de la Universidad de Córdoba María del Mar Malagón coordina uno de estos 45 grupos de investigación del Imibic, concretamente el de Adipobiología. Malagón, de 55 años, señala que en su grupo de investigación hay tres mujeres realizando la tesis doctoral, otra compañera posdoctoral y técnicas de laboratorio. Su grupo trabaja en descubrir marcadores que permitan prevenir qué pacientes van a desarrollar obesidad para tratar de modular esos factores y evitar patologías asociadas a la obesidad.

Esta catedrática, que hasta hace poco era la responsable de formación y directora del programa de doctorado de biomedicina en el Imibic, apunta que «a pesar de que está cambiando mucho la situación sigue habiendo en investigación más mujeres que hombres en la base y menos féminas en el techo. La investigación requiere mucho esfuerzo y es muy importante también compaginarla con estancias en el extranjero para seguir formándose y especializándose, justo en unas edades en las que las mujeres pueden tener además otros intereses, como formar un hogar o tener descendencia, y eso muchas veces las hace menos competitivas frente a los hombres, ya que en este ámbito es importante acumular un buen currículo investigador».

Para Malagón, que no haya más mujeres en puestos de gestión y de representación se debe «en parte a que es necesario un cambio educativo y social y de hacer ver a las jóvenes que pueden optar a estas cotas de poder».