El patrimonio inmobiliario, monumental y empresarial de la Casa de Alba se extiende por todo el territorio nacional y de ello no escapa la provincia de Córdoba, donde, sobre todo en el municipio de El Carpio, cuenta con conocidas propiedades agrarias y no pocos inmuebles.

La vinculación de la Casa de Alba con la provincia de Córdoba se remonta al siglo XVI, cuando Felipe II concedió el título de Marqués de El Carpio a Diego López de Haro. Más tarde, en 1640, Felipe IV concedió el rango de Grande de España al quinto marqués, que es además conde de Morente. Este mismo monarca concede al hijo de este noble el título de duque de Montoro, que queda unido a la Casa de El Carpio. Sobre el décimo duque de Alba, Francisco de Toledo y Silva, recae este marquesado en 1688. Ya en el siglo XX, Cayetana Fitz-James Stuart cedió este título a su hija, María Eugenia Martínez de Irujo, en el año 1994. Además de estos títulos, Cayetana de Alba ostentaba también el de condesa de Palma del Río, rango que cedió a su hijo Alfonso en el 2013.

Junto a estas consideraciones nobiliarias, la familia de la duquesa de Alba es propietaria de numerosos bienes tanto inmobiliarios como agrarios que forman parte del sustento económico de este aristocrático apellido.

Así, al margen de la parte monumental, de la que la Torre de Garci Méndez es el emblema principal en El Carpio, el bien más destacado de cuantos poseen en Córdoba es la empresa Euroexplotaciones Agrarias SA, una empresa dedicada a la producción agraria y ganadera cuyo nivel de ventas se sitúa por encima de los 2,3 millones de euros y que se da la circunstancia de que es la segunda sociedad de la provincia que más fondos recibe de la Unión Europea: Fondo Europeo Agrícola de Garantía (Feaga) y Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). En concreto, durante el año 2013, en pagos directos ingresaron 1.125.875 euros, cantidad solo superada por la cooperativa Covap con 1.316.342 euros. Esta empresa gestiona varias fincas y terrenos en la provincia, en concreto 3.201 hectáreas, con un valor de tasación que ronda los 11 millones de euros y que supone el 75% del término municipal de El Carpio.

Entre las fincas que forman parte de esta entidad figuran Buenavista, Pabellones, El Hierro o El Mugronal. Una de las explotaciones más conocidas de las citadas es la de Buenavista, lugar que en varias ocasiones ha sido objeto de ocupaciones simbólicas del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).

En los últimos años, en esta misma finca, Buenavista, se ha instalado uno de los complejos de energía termosolar más importantes de Andalucía, de la mano de la empresa Abengoa, con la puesta en marcha de las plantas Solacor 1 y 2. Entre las dos instalaciones aportan energía equivalente al suministro de 50.000 viviendas.

La participación de la familia en esta iniciativa empresarial ha diversificado aún más la actividad de una casa que tiene presencia en sectores como la agricultura y la ganadería, el asegurador, el inmobiliario, el editorial, la distribución alimenticia, la hostelería, el bodeguero, el hípico o las comunicaciones, entre otros, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

Entrando en la otra parte de los bienes, la patrimonial, también es en el municipio de El Carpio donde se concentra el capital cordobés de la Casa de Alba. En este municipio, el primer ejemplo lo constituye el propio emblema arquitectónico de la localidad, la torre de Garci Méndez, a la que se une el Palacio Ducal. Ambos edificios están cedidos por la familia Alba al Ayuntamiento a finales de los años 80 por un periodo de sesenta años en plazos de treinta.

La duquesa de Alba también cedió en el año 2005 al pueblo de El Carpio el usufructo temporal de Las Grúas y el Cebadero (también situado en la hacienda Buenavista) y un terreno de 2.250 metros cuadrados situado en la finca El Mugronal. En este convenio se recoge que la familia propietaria se reserva la nuda propiedad.

Las Grúas es otro de los emblemas de El Carpio. Se trata de un complejo hidráulico construido en el siglo XVI para suministrar agua de riego desde el río Guadalquivir. Esta construcción fue declarada Bien de Interés Cultural en el 2002.