Obviamente, buena parte de los focos del 2017 se centrarán en Cataluña, donde el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha prometido la celebración de un referéndum independentista; según él, «legal y vinculante». ¿Cuándo? No está claro, porque si bien la intención inicial era que se celebrase durante la segunda quincena de septiembre, cada vez es más probable que se adelante a antes del verano. De ser así, se haría coincidir en el tiempo con la aprobación de las tres leyes de desconexión (transitoriedad jurídica, hacienda y seguridad social).

¿Cómo se organizará o cómo pretenden sus impulsores conferirle un estatus «legal»? Si el Gobierno catalán lo sabe, no lo cuenta. Asegura que mantiene el secretismo para no dar pistas al Ejecutivo del PP. Así que la (poca) información oficial que se ha ofrecido no permite ir más allá de las especulaciones. El censo que se utilizará, los porcentajes mínimos para validar un sí a la independencia, las garantías para que tenga reconocimiento internacional... son preguntas que aún no tienen respuesta.

Y tal vez cuando al fin se obtengan no pasarán de ocupar los titulares de prensa y convertirse en argumentos para los previsibles recursos que la Abogacía del Estado interpondrá ante el Tribunal Constitucional.