La cordobesa Ana María de la Cruz llevaba 4 años parada. La crisis le había afectado de lleno. Ya había agotado todas las ayudas cuando logró este año una oportunidad laboral gracias a la formación recibida en el restaurante escuela Tabgha, que Cáritas en Córdoba y Solemccor abrieron en el 2014. «Por mi edad, aunque solo tengo 47 años, me es muy difícil encontrar trabajo. He trabajado sobre todo en la hostelería, aunque no me importa realizar labores de limpieza o de cuidado de personas mayores. Yo no quería de Cáritas una ayuda económica, lo que fui a pedir al centro que esta entidad tiene en el barrio de las Margaritas, cuando vi que se me acababan todos los recursos, es un empleo y poco tiempo después llegó esta oferta», cuenta Ana María. Esta cordobesa, que trabaja en el restaurante Tabgha, empezó primero a trabajar solo los fines de semana y luego a tiempo completo, renovándole progresivamente los contratos. Ana María pronto cumplirá un año como empleada en este restaurante y tendrá que ceder su puesto a otra persona que también necesita trabajar como ella, por lo que espera poder encontrar pronto otro empleo. Ana María pide a la población cordobesa que dispone de más recursos que sea solidaria con instituciones como Cáritas, para que ayude a fomentar el empleo de personas con menos oportunidades.

Manuel Sánchez, de 48 años, también ha conseguido un empleo gracias a Cáritas. Trabaja como conserje, mantenedor y limpiador de un bloque de 20 viviendas de alquiler social, fruto de un convenio entre el Ayuntamiento de Cabra y Solemccor. Además, Manuel vive en uno de estos apartamentos. Para Manuel, esta oportunidad laboral le ha permitido abandonar 7 años de paro, debido a un problema de salud que le afecta a una pierna y que le impide trabajar en la descarga de camiones, como hacía antes.

«Me estaba quedando sin nada. Vivía en la calle en Córdoba, me apunté en una lista y entré en la casa de acogida de Cáritas, donde estuve diez meses hasta que me ofrecieron este puesto de trabajo. A pesar de todo, nunca me he rendido y he mirado hacia arriba, en esta ocasión con la gran ayuda de Cáritas», resalta Manuel.