Primera hora de una mañana cualquiera en la plaza de Costa Sol. Entrando en Camino de los Sastres el primer cartel que se encuentra es una fotocopia en la que se anuncia un adivino y afirma que "El tarot cura". Un augurio para esta calle, que fue eje comercial del barrio y donde puede que no sea mala idea buscar también soluciones esotéricas en el más allá. Porque lo que es el más acá... En los primeros metros se cuentan ocho carteles de pisos y locales que se venden o alquilan. Aunque también han abierto dos atractivas tiendas adaptadas a los tiempos y operarios municipales están realizando una poda que mejora enormemente el aspecto de la calle.

Ya en el 2005 la situación no era boyante en Camino de los Sastres. No había relevo en el comercio tradicional y muchos locales, conforme se jubilaba el responsable del negocio, aparecían vacíos. Los problemas se dispararon en los años más duros de la crisis y ahora aparecen nuevos negocios. No es para tirar cohetes, pero ahí están. A la derecha queda la calle Colina y Burón , Luces y sombras, con más de lo primero. Han abierto cuatro establecimientos en los últimos meses y cerrado otros dos, resume un comerciante. Uno se entera de que en el primer bloque de esta otra calle este año han llegado tres parejas de jóvenes al envejecido barrio.

Volviendo a Camino de los Sastres (o desastres, depende de cómo se mire) la animación retorna al final de la calle. Establecimientos veteranos han aguantado el envite de la crisis y sigue cerrado y sin uso un magnífico local que vendía muebles hace una década. La Caña de España ha pasado a ser sede de una activa peña deportiva femenina y en frente se ha abierto un magnífico negocio de salud (muy oportuno en un barrio con la población muy envejecida) y una institución del barrio como es El Loro Verde aún permanece abierto, pero luce el cartel de Se traspasa .

Como el barrio mismo. No cierra... pero espera un traspaso.