Una vez impulsada la ampliación de capital que permitirá al parque científico y tecnológico Rabanales 21 afrontar deudas pendientes y realizar pagos, el próximo paso que dará la sociedad después del verano será el impulso del plan de viabilidad que la conduzca a mejorar su situación actual, que ha estado muy próxima al concurso de acreedores.

El presidente de la entidad, Manuel Pineda, avanzó ayer que el próximo septiembre se pondrán en marcha nuevas medidas y el primer paso será acometer una reestructuración física de las instalaciones, que contempla iniciativas como la reducción del tamaño de parcelas y la permuta de terrenos con el Ayuntamiento de Córdoba. Estas actuaciones, según recordó el presidente, contribuirán a una mayor comercialización de suelo, ya que el parque contará con más solares destinados a investigación y desarrollo, y a la industria, y estos se adaptarán al perfil del tejido productivo cordobés, en el que predomina la pequeña y mediana empresa.

Además de estas medidas, esperan reestructurar el consejo de administración de la sociedad que gestiona el parque, que hasta hace unos meses contaba con 11 miembros, pero ahora tiene 7. Un número sobre el que el presidente opinó que «no me disgusta, pero esto lo tendrá que decidir la junta general de accionistas», en referencia a la posible configuración de este órgano en el futuro.

En los tres últimos meses, se han producido cinco salidas de consejeros y la última fue planteada la semana pasada por el vicerrector de Innovación de la Universidad de Córdoba, Enrique Quesada, que ha dejado su puesto como representante de la Corporación Empresarial de la UCO y ha sido sustituido por Enrique Leganés, jefe de servicio de Gestión y Administración del Campus universitario de Rabanales.

Pineda avanzó que «es posible que en septiembre u octubre nos planteemos la reestructuración del consejo para hacerlo más ágil» y también teniendo en cuenta la representación en el capital social que ostentan los socios una vez realizada la ampliación. Esta fue una de las medidas incluidas en el plan de viabilidad y un informe de la auditoría de gestión recomendaba la reducción de este órgano.

MOMENTOS DIFÍCILES/ Manuel Pineda puntualizó hace algunos días que «si se hacen los pagos (de la ampliación de capital) con agilidad para no tener más recargos, nos alejamos del concurso de acreedores». En este sentido, el parque anunció su entrada en preconcurso el pasado mes de febrero y a esta difícil situación económica --tiene una deuda contable de 25 millones de euros-- se añaden otros factores como el recordado recientemente por algunas fuentes, que indicaron que los miembros del consejo de administración son responsables de las deudas que se tengan durante su periodo con la Hacienda pública (Rabanales 21 tiene una deuda vencida de 1,8 millones de euros con Economía) y esta podría proceder a una derivación de responsabilidades. Estas circunstancias podrían haber incidido en la renuncia de algunos componentes.

Así, la baja de Quesada se ha sumado a las de los dos consejeros de Caixabank y la de Cajasur, que tuvieron lugar el pasado junio. En ambos casos, pese a no estar presentes en el consejo de administración, estas entidades se mantienen en la junta general de accionistas porque son socias con un 35,5% y un 10% del accionariado, respectivamente.

Además de esto, en abril se conoció la dimisión del catedrático de la UCO José Antonio Gómez--Limón y este no ha sido reemplazado. Sí se mantienen en este órgano el presidente (por la Universidad) y los dos miembros de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (adscrita a la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio). También continúan formando parte del consejo de administración Mar Téllez, concejala de Fomento del Desarrollo Económico en el Ayuntamiento de Córdoba; el consejero de la constructora Prasa y el correspondiente a Grupo Cinco (Diputación provincial).