El dueño de un piso rehabilitado con microcréditos empezará a pagar cuando firme el contrato de alquiler con el inquilino --como excepción hay un periodo de carencia-. Para ello, tendrá un plazo máximo de seis meses, transcurrido el cual Vimcorsa podrá buscar los inquilinos, posibilidad que existe también «desde el minuto uno» si el dueño del piso lo desea, según señala Rafael Ibáñez, ya que «se ha buscado un mecanismo muy flexible». Vimcorsa podrá plantear reajustes en aspectos como las intervenciones propuestas, los presupuestos de obra y el precio del alquiler.

El propietario abonará mensualmente a Vimcorsa una cantidad que no superará a la renta recibida por el piso, hasta que devuelva el préstamo o finalice el periodo propuesto de más. En caso de que la familia inquilina renuncie antes de devolver el dinero, el propietario buscará otra y hará un nuevo contrato. Además, si el beneficiario de estos microcréditos no cumple con su deber de alquilar o de devolver el préstamo, Vimcorsa exigirá la devolución de las cantidades pendientes con intereses y un 15% adicional por daños y perjuicios. Estas ayudas serán compatibles con otras subvenciones a la rehabilitación de cualquier administración siempre que no superen el coste de la obra.

Una comisión formada por una técnica de Vimcorsa, otra de la Oficina de la Vivienda, y tres elegidas por el consejo de administración -una de la parte social-, estudiará las solicitudes y las ordenará. El listado será aprobado por el consejo de administración. H