La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ha comenzado hoy su discurso ante los accionistas trasladando su más sentido pésame a los familiares de las víctimas de la tragedia aérea de Los Alpes y acordándose de la figura de su padre, Emilio Botín, clave para entender la dimensión actual del banco.

En su primera junta acompañada del nuevo consejero delegado, José Antonio Álvarez, al que ha definido como "la persona más adecuada para esta nueva etapa", Botín quiso trasladar desde el primer momento su afecto "en estos momentos tan difíciles" a todos los allegados de las víctimas de la catástrofe aérea.

Poco después, empezó a hablar de la posición del Banco Santander hoy en día, "excelente", a su juicio, especialmente gracias a la labor, visión estratégica y liderazgo de su antecesor, su padre, lo que provocó los primeros aplausos de los accionistas.

"Bajo su presidencia, el Santander pasó de ser el séptimo banco de España a convertirse en primera entidad de la eurozona, primera franquicia de Latinoamérica y uno de los diez primeros bancos del mundo por capitalización bursátil", ha destacado.

Y consciente del legado de su padre, ha recordado que, desde su incorporación al banco en 1988, "siempre" trabajó muy cerca de él y se mostró optimista del potencial del Santander.

Ha insistido en que el grupo quiere ser "el mejor banco comercial" contribuyendo con la sociedad y también ganándose la confianza y fidelidad de sus equipos, que deben estar "comprometidos con la entidad" para aumentar la vinculación con los clientes.

Además, también ha destacado que las previsiones de crecimiento de las principales economías en las que está el banco son "favorables", no sólo en España, donde es "muy claro" sino también en Reino Unido, Estados Unidos, Polonia, México o Chile.