--¿Cree que los responsables de las instituciones actúan correctamente ante los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad?

--Hasta que se declaran, sí. Pero una vez inscritos como Patrimonio de la Humanidad, no. En la mayoría de los casos, solo se busca el turismo. El Icomos, además de colaborar con las instituciones, también tiene que realizar informes para evitar que se cometan atropellos como la realización del atrio en la Alhambra o que se abra otra puerta en la Mezquita.

--¿Supone un problema la división territorial?

--Sí. Todo el mundo trata de lavarse las manos ante los problemas. El Ministerio es el responsable de los bienes declarados Patrimonio Mundial y no debe recurrir a los gobiernos autonómicos porque es competencia del Estado.

--¿Cuáles son los potenciales de Medina Azahara para obtener el preciado título?

--Innumerables, lo tiene todo.

--¿Y debilidades?

--Ninguna. Hay que demostrar al mundo que tiene unos valores excepcionales y universales. Aunque no se lograra que la ciudad palatina fuera declarada Patrimonio Mundial, Medina Azahara va a seguir siendo lo mismo, va a tener los mismos valores, no perderá ninguno, de tal manera que no debería entrarse en melancolía por ello. Una cosa que se está diciendo permanentemente es que España es uno de los países con más bienes inscritos por la Unesco, Córdoba va en busca del quinto, y todos los bienes son iguales.

--¿Las parcelaciones que rodean el yacimiento pueden ser un inconveniente para obtener el título?

--No lo sé.

--El Icomos siempre ha utilizado ese argumento.

--Yo no he estado hasta este momento en contacto con este bien. Lo que no sería bueno es que siguieran proliferando esas parcelaciones, y parece que no hay mucho ánimo, dado que no se soluciona esa ilegalidad. En España, la ilegalidad se hace permanente y eso es malo.

--¿Las instituciones deberían volcarse aún más en la investigación y excavaciones del yacimiento si, por fin, consigue el título?

--La responsabilidad es la misma.