Hay crisis y hay que recortar gastos. Vale. Muy bien. El caso es que en su día se apostó por dejar sin dinero al plan de encauzamiento de arroyos, incluso mermando el presupuesto de mantenimiento y limpieza, y eso ante el grito que puso en el cielo la federación de AAVV. Es verdad que estas lluvias han sido excepcionales y el recorte de dinero, estadísticamente, parecía hasta lógico porque nunca se han visto dos inundaciones en Córdoba en diez meses. Pero lo inaudito ha ocurrido y, por ahora, no es el Guadalquivir el culpable, sino los descuidados cauces menores. Se apostó por recortar en mejoras de arroyos y se perdió. No. No "se perdió". Mejor dicho: hemos perdido.