Cuando yo muera mis cenizas, junto con las de la dama de otoño, servirán para fertilizar los jazmines que hay en la Fundación, es decir, yo me quedaré en Córdoba", sentenció anoche Antonio Gala en el Teatro Góngora, donde recibió el premio literario Elio Antonio de Nebrija en un acto que se convirtió en un emotivo homenaje al escritor cordobés, que, pese a referirse en varias ocasiones a la grave enfermedad que padece y a la cercanía de la muerte, no estuvo exento del sentido del humor que le caracteriza. En el Góngora --"donde fui al cine por primera vez"--, Antonio Gala, además del galardón de la Asociación Colegial de Escritores andaluces --una medalla de oro y un guadamecí-- recibió el cariño y la admiración de ciudadanos, representantes políticos y de diversas instituciones en un tributo al que se sumó la Diputación, el Ayuntamiento de Córdoba y la Junta de Andalucía.

El esperado discurso del escritor cubrió las expectativas previstas. Gala se abrió a esa Córdoba "que lleva por el mundo y por las almas de quienes no sólo lo leen, sino que se ven afortunadas por disfrutar de su persona", como señaló en su discurso el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto. "Tenía seis años cuando me trajeron por primera vez al cine. Hoy no estoy en situación de volver a tomar la merendilla que supongo que me dieron después de la función, pero sí estoy en situación de dar las gracias a todos los que me han ponderado tanto que ni yo mismo sabía que se referían a mí". Para su intervención eligió su libro Testamento andaluz , en el que reconstruye las últimas voluntades de Abderramán III. "Dado mi estado de salud, pensé que debía utilizarlo para dar las gracias", dijo Antonio Gala, que añadió que quizá hizo ese trabajo porque es el testamento que "yo habría escrito". Después leyó diez poemas, tres con Córdoba como protagonista (la Sierra, la Mezquita y Medina Azahara) y uno dedicado a cada una de las siete restantes provincias andaluzas, empezando por Jaén, "donde nace el Guadalquivir", para terminar con Cádiz, "donde el río muere".

Con su intervención, el escritor arrancó largos y emocionantes aplausos del público asistente al acto, en el que José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba, pronunció un emotivo discurso que comenzó destacando la faceta literaria del escritor y el galardón que recibía, una concesión por la que "Córdoba se viste hoy de gala", parafraseando el título de uno de los libros del escritor. Después pasó a mostrar la fuerte relación entre el autor y la ciudad, para la que hay "un antes y un después con el paso de este escritor" que "da vida a todo lo que toca su literatura". "Antonio Gala piensa, siente, sueña en Córdoba, y Córdoba deposita en sus calles, su río, su lejanía y su silencio esos pensamientos, esos sentimientos", continuó el primer edil, que también se refirió a sus obras, sus premios literarios, su compromiso andaluz, político, poético, humano y popular y a su "enorme biografía" hecha a base de "sentimientos puros, a base de opciones radicales". El alcalde finalizó con un "suerte, campeón". El acto concluyó con "un regalo" musical por parte de los jóvenes alumnos de la Fundación Gala.