La cifra de cuadros graves por alergia al veneno de las avispas o abejas que son atendidos en la Unidad de Alergia del hospital Reina Sofía se ha triplicado en los últimos años, pues si antes se conocían entre 6 y 8 casos nuevos anuales, desde hace más de una década son entre 20 y 25 nuevos, apuntó la responsable de este servicio, la doctora Carmen Moreno. La jefa de Alergia precisó que la mayoría de los casos que se dan de picaduras por estos himenópteros son atendidos en centros de salud y urgencias de atención primaria, al tratarse de reacciones leves, pero cuando la situación es grave los afectados son derivados al hospital Reina Sofía para su seguimiento.

Moreno señaló que este tipo de alergia, en sus distintos grados de afectación, la presenta al 0,2% de la población general, lo que en el caso de la provincia de Córdoba equivale a que serían unas 1.600 las personas sensibles al veneno de avispa o abeja, aunque la mayoría no lo sabe. El hospital Reina Sofía ha tratado en la última década a unos 600 pacientes con alergia al veneno de abejas y avispas y en la actualidad son unos 350 afectados, de los que aproximadamente la mitad presenta difícil manejo por sus características inmunológicas. Lo habitual en el resto de hospitales españoles es que este subgrupo de pacientes suponga entre el 15 y el 20%, si bien estas cifras llegan al 50% en Córdoba por la amplia especialización de los profesionales que atienden a estos alérgicos, hecho que motiva que hasta el Reina Sofía lleguen derivaciones de toda España.

Perfiles

«En nuestro medio la alergia a abejas se detecta sobre todo en apicultores, porque cada vez hay más explotaciones apícolas en Córdoba y en Andalucía, de gran tamaño y con unas colmenas muy productivas, estando nuestra región a la cabeza de España en producción de miel. Normalmente se trata de un tipo de labor con carácter familiar y de estas explotaciones nos llegan el mayor número de pacientes. A diferencia de otras patologías alérgicas se da más en hombres y a edades más avanzadas», indicó la jefa de Alergia del Reina Sofía.

En lo que se refiere a las avispas y también a las abejas, el mayor riesgo a las reacciones por el veneno de estos himenópteros se da en personas que por ocio o por trabajo pasan mucho tiempo al aire libre, sobre todo en verano, como son los socorristas, bañistas de piscinas, albañiles (especialmente los que rehabilitan espacios antiguos donde suele haber nidos), operarios que trabajan en líneas de alta tensión, jardineros, agricultores, ganaderos, ciclistas, motoristas, caballistas y otros deportistas. Cuanta mayor sea la velocidad a la que se va, más riesgo existe de sufrir el impacto de una picadura de avispa o abeja. «Es una patología aún infravalorada, en la que llevamos trabajabando en el Reina Sofía 25 años», precisó esta alergóloga.

«A cualquier persona le ha podido picar una avispa alguna vez y con un antiinflamatorio se ha solucionado, pero cuando se produce lo que llamamos reacción generalizada, con un área de inflamación mayor de 10 centímetros de diámetro, nos encontramos que implica que ha pasado a la sangre y es una alerta para ser evaluado por un médico de familia o en el hospital», añadió Carmen Moreno. En estos casos más graves puede haber una reacción alérgica generalizada (anafilaxia), con lesiones en la piel a distancia del lugar de la picadura, dificultad para respirar, mareo o síntomas digestivos.

Experiencia reconocida

El Reina Sofía de Córdoba es hospital de referencia en Andalucía para el test de repicadura de insectos himenópteros. Además, la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica ha reconocido la excelencia de esta unidad por sus resultados con los tratamientos frente a las reacciones alérgicas al veneno de avispas y abejas.

La hipersensibilidad al veneno de himenópteros es un problema clínico relevante, no tanto por su frecuencia, sino por la potencial gravedad de las reacciones que puede producir (urticarias, vómitos, diarrea, crisis de asma, bajadas de tensión e incluso la muerte). En España se calcula que entre 3 o 4 personas pueden fallecer cada año por esta causa.

La vacuna que se administra en el hospital Reina Sofía para esta alergia tiene una fase de iniciación acelerada. Por ello, se administran seis dosis al principio (cuatro en la primera visita y dos en la siguiente) repartidas en semana y media. De esta forma, los pacientes quedan protegidos transitoriamente y a partir de este momento prosiguen un tratamiento que se suele prolongar una media de 5 años. Por otro lado, es aconsejable que los pacientes alérgicos a himenópteros lleven consigo un medicamento autoinyectable por si sufren alguna reacción.