El aeropuerto de Córdoba tiene poco futuro para el transporte de mercancías. El estudio que ha encargado el Ayuntamiento a la empresa Cimalsa para conocer las potencialidades de Córdoba desde el punto de vista logístico ve inviable su uso para el transporte de mercancías, al menos, a corto plazo, aunque detecta otras posibilidades para esta infraestructura. El estudio fue presentado ayer por la alcaldesa, Isabel Ambrosio; el presidente de Urbanismo, Pedro García; y el director general de Cimalsa, Isidre Gavín, que en relación al aeropuerto señaló que «puede crecer en actividad pero mirando mercados, destinos, y definiendo paquetes turísticos concretos».

Puede abarcar 500 kilómetros

Aunque el estudio no fue difundido, este periódico ha podido saber por fuentes conocedoras del mismo que el principal problema del transporte de mercancías por avión es el sobrecoste que sufre el producto, cifrado en dos euros por kilo como mínimo, lo que dificulta que se elija esta opción para trasladarlo. Ese coste solo sería soportable con mercancías muy caras o perecederas, de ahí que habría que buscar el producto adecuado. A esto se une la falta de operadores de carga y que camiones y ferrocarril son modos de transporte muy competitivos. Otro hándicap es la longitud de la pista, ya que el tipo de avión necesario para el transporte de mercancías requiere que sea de mayores dimensiones. No obstante, las mismas fuentes señalan que aunque la pista fuese mucho más larga, los inconvenientes serían los mismos, por lo que el estudio ve más problemas en las necesidades de mercado que en la infraestructura en sí. Con estas perspectivas, el estudio ve poco probable este uso a corto plazo a menos que un operador se interese por establecerse en las instalaciones.

Ante este panorama, ¿qué posibilidades de futuro tiene el aeropuerto? Según las fuentes consultadas, además del tipo de actividad que ya alberga el aeropuerto (deportiva, formativa y sanitaria), los viajes de empresa y paquetes turísticos muy concretos y atractivos son las opciones que se deben explorar. Hay que tener en cuenta que Córdoba cuenta con aeropuertos muy cercanos, como el de Sevilla y Málaga, y con el AVE, que obligan a buscar otras vías de negocio distintas a los vuelos comerciales de carácter regular, que ya ofrecen las compañías en ellos. Una opción podrían ser jet privados o aviones de entre 15 y 100 plazas, vinculados a una oferta turística concreta y dirigidos a clientes que estén dispuestos a pagar un poco más por el producto especial que se le ofrezca. Los artífices de este estudio consideran que la tarea que tiene que hacer ahora el Ayuntamiento es elaborar un análisis de mercado para crear uno o varios paquetes turísticos suficientemente atractivos para empezar a ofrecerlos en distintos mercados.

Una de las necesidades detectadas en relación al aeropuerto es la de mejorar las conexiones con la A-431, que se conseguirá cuando se ejecute el segundo tramo de variante oeste, y a través de la N-437, que tiene numerosas glorietas que interrumpen la circulación fluida. Además, y según las fuentes consultadas, el estudio ve como positivo las buenas condiciones de sus infraestructuras, ya que lleva poco tiempo remodelado, y como negativo, los horarios que tiene, que considera insuficientes. Otra carencia que detecta es la falta de comercialización. Por todo ello, entre las acciones que propone la empresa Cimalsa está la de elaborar un plan estratégico para el aeropuerto que detecte los mercados en los que pueda competir con ventaja y un posterior plan de comercialización.