El aeropuerto es un proyecto cumplido a medias. Hace diez años aún se discutía si era mejor ejecutar uno nuevo o ampliar su pista, y había una iniciativa de aeropuerto privado. Al final, AENA optó por la ampliación y el 2007 fue el año del acuerdo con el Ayuntamiento para llevarla a cabo. Como efecto colateral estaban las expropiaciones de las viviendas, que, al final, fueron más de un centenar y que dieron bastantes quebraderos de cabeza a las dos administraciones. Aunque se barajaba el 2009 para su puesta en funcionamiento, no fue hasta el 2011 cuando acabaron las obras y todavía hoy quedan flecos pendientes como el soterramiento de líneas eléctricas. Hace una década ya se pensaba en una nueva terminal, hangares y plataforma, que salieron a concurso en el 2008 y 2009, pero no llegaron a adjudicarse. En aquel momento echó a andar la iniciativa de vuelos comerciales de Taer Andalus, que preveía facturar 50 millones en 5 años con Flysur, que empezó a volar un año después pero apenas duró mes y medio.

Diez años antes, en 1997, el Pleno exigió un nuevo aeropuerto o la ampliación del actual y hubo un proyecto de vuelos a Barcelona y Mallorca de Air Europa que se frustró antes de empezar. El aeropuerto tiene hoy pista pero sigue sin vuelos regulares. Tampoco tiene vuelos comerciales, que volverán cuando esté instalado el sistema AFIS.